- Las compensaciones que recibas en tu vida estarán de acuerdo a las contribuciones
que hayas hecho a tu prójimo -
Recordemos que todos los seres humanos traemos un destino, que no es más que aquello que necesitamos aprender y para conseguir ese propósito algunas veces es preciso enfrentar ciertas situaciones de aparente desequilibrio, desigualdad e injusticia.
Podemos incluso decir que tenemos una prosperidad ya conseguida que viene acumulada en nuestra conciencia, a la cual damos el nombre de misión, y otra prosperidad por conseguir que recibe el nombre de destino. En la misión se encuentra todo lo que no sabemos y necesitamos aprender, por lo tanto, es imposible dar lo que no tenemos.
El equilibrio en el universo depende precisamente de la interacción que producen el dar y el recibir, es indispensable para su buen funcionamiento, si no existiera esta interacción no existiría manera de compensar todo lo recibido.
Por lo tanto desde este parámetro de medición es más fácil comprender que quien da más, recibe más. Si alguien tiene la capacidad de dar si condiciones y sin restricción alguna, todos sus valores, virtudes, talentos y riqueza interna, inevitablemente por ley de compensación, a cambio debe recibir de igual forma y en la misma proporción que ha dado.
Da tal manera que el principio fundamental de la abundancia, radica en la capacidad de acción, de compartir y comprometerse profundamente con lo que hacemos. Así que para que pueda existir un constante fluir de servicios, materias primas, productos, relaciones tanto comerciales como interpersonales, es absolutamente indispensable que exista la retroalimentación, ya que si hay fuente de donde siempre se saca y nunca se le devuelve nada, ésta tarde o temprano se secará, incluso muy rápidamente.
Si en una relación encuentras una persona que te sirve de manera incondicional cada vez que la necesitas, esta persona deberá por ley de compensación recibir a cambio exactamente lo mismo que te da. Si solamente te dedicas a recibir lo que esa personas te brinda sin ofrecerle una merecida compensación, tarde o temprano la relación se acabará, porque la fuente que la nutre se agota si no hay interacción.
"EL QUE NADA HACE, NADA NECESITA"
Por este motivo es evidente que: “El que nada hace, nada necesita” ¿para no hacer nada, que podemos necesitar?
Inversamente el que hace más, más necesita. Para que el flujo de capacidad de recibir se aumente es necesario ampliar el flujo de capacidad de dar. Así funciona todo en el universo, esto es inevitable, para recibir primero hay que dar. Se llama ley de compensación o principio de la retribución.
Si estamos experimentando escases en alguna área de nuestra vida y vemos que no recibimos lo que estamos deseando, es precisamente porque no estamos dando lo mejor de nosotros. Ante tal situación lo primero es darnos cuenta de que estamos fallando y que nuestra actitud frente a un hecho o situación no es la correcta. Debemos fijar en nuestra mente la idea consciente de superación, para trascender lo límites que nosotros mismos nos hemos impuesto y caminar firmemente hacia eso que hemos estado queriendo recibir.
Recuerda cada día decretar:
"YO SOY la fuente inagotable de la abundancia, riqueza y de toda cosa buena y perfecta en mí y en mi mundo. PADRE, ayúdame a darme cuenta de mis fallas y a corregirlas
para prestar un mejor servicio a los demás."
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