Grande es aquel capaz de brillar sin apagar la luz de los
demás...
Es posible que en tu círculo más cercano cuentes con estas
personas tan especiales, capaces de dar lo mejor de ellas en los días oscuros.
Son personalidades que no piden nada a cambio, son humildes y sinceros.
Vivimos en una sociedad muy compleja en la que a veces,
sentimos que se nos cortan las alas, borran nuestra voz y violan nuestros derechos.
No es fácil abrirse camino entre la competitividad y las
diferencias sociales que hacen tan difícil encontrar nuestra felicidad.
Sin embargo, tenemos que pensar que sea cual sea nuestra
situación, siempre vale la pena la luz interior de estas personas y su
optimismo. Por lo tanto, ilumina tu camino, ayudando también a otras personas.
Para brillar, debemos eliminar nuestras propias sombras...
Se dice que sólo los niños son capaces de brillar con luz
propia. Su inocencia, su deseo de encontrar nuevas motivaciones, su capacidad
para deleitarnos cada día nos ofrecen estas lecciones, cuando crecemos, lo
olvidamos.
Factores tales como la responsabilidad o el hecho de vivir
en ambientes muy exigentes, donde se requiere más de lo que podemos entregar,
hace que acumulemos decepciones, miedos, ansiedades e inseguridades.
Son rincones privados en los que, poco a poco, la oscuridad
se va instalando.
Es necesario “limpiar” las zonas que, lejos de lo que nos
permite crecer personalmente, nos lleva a una permanente situación de
infelicidad.
Descubre tus zonas oscuras, encaralas!
Es necesario detectar y ocuparnos de nuestros propios
enemigos. Sin embargo, es muy común anular nuestra personalidad casi sin darnos
cuenta.
Los pensamientos limitantes son esas zonas oscuras que nos
dicen repetidamente que no podemos hacer esto o aquello. Somos nosotros mismos
que limitamos nuestro horizonte.
Es necesario identificar estos pensamientos y hacerles
frente.
Cuando hablamos de ruido mental, nos referimos al hecho de
pensar varias veces en los errores del pasado, recordando el “algo” que nos
hace tanto mal. Todo esto genera malestar y frustración.
Los temores son los más peligrosos abismos de nuestro ser,
hay miedos que nos permiten sobrevivir y no nos deja avanzar.
Pero muchos de nosotros albergamos varios miedos
injustificados, cortándonos las alas e impidiendo alcanzar metas y sueños.
Vivir con amargura es cerrar las puertas a la esperanza,
pero, por otra parte, a veces provoca el notar vernos presos.
Cada uno de nosotros debemos ser capaz de resolver nuestros
propios vacíos, miedos y frustraciones, para movernos en equilibrio y poder dar
lo mejor de nosotros a los demás.
Desarrolla tu diseño personal y luz para otros...
En vez de ser agentes pasivos de nuestro destino, esperando
que las cosas sucedan sin más, nosotros deberíamos ser capaces de invertir en
fantasía, para crear y cultivar pensamientos positivos, siendo realistas y
siendo capaces de cambiar nuestras emociones.
La humildad en tu mente será capaz
de mantener la esperanza en tu corazón, trayendo luz a otros.
Es un proceso que podemos empezar poco a poco, estando más
en el presente y dejando el pasado atrás.
Las personas grandes no lo son por su tamaño, sino por ser
capaces de cuidar de sí mismos y llevar bienestar a los demás.
*Autor desconocido.
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