EL AMOR NO HACE DAñO Y SI HACE DAñO NO ES AMOR...
Por Montse Barderi, filósofa y escritora
“Tengo 47 años. Soy de Sabadell. A nivel sentimental soy
feliz, que me parece más importante que estar casada o soltera. No tengo hijos.
Tengo una perra, Djuna. Dicen que ya no hay derechas ni izquierdas: pues yo soy
de izquierdas. Creo en la ética, ahí está la trascendencia.”
~Montse Barderi.
Quien es Montse Barderi:
“Amor hacia uno mismo”.
Experta en ética y temas de género, lleva años escuchando el
mal de amores de sus amigas, escudriñando sus sentimientos, viendo cómo se
vienen abajo y lo que hay de común en las relaciones insatisfactorias en las que
te dan una de cal y otra de arena, o ese enganche de creer que en el fondo te
quiere más de lo que demuestra pero no se atreve o no sabe expresarlo. Para
ellas y para todas las personas atrapadas en una relación sin sentido ha
escrito El amor no duele (Urano). Recurriendo a la filosofía , propone
canalizar esa pasión hacia la única persona que jamás te abandonará: tú mismo,
y construir una vida interesante y feliz. “Si aumentas el grado de bienestar en
tu vida, es mucho más difícil que te embarques en una relación dolorosa”.
Entrevista:
Con qué definición de amor se queda?
Con la aristotélica: el encuentro de dos personas nobles que
se hacen mutuamente el bien.
Eso escasea.
Sí, porque vivimos en una sociedad muy utilitarista, no
sabemos celebrar que el otro exista, nos va bien para no estar solos o por
motivos que no son estrictamente la persona.
¿Sufren más por amor las mujeres que los hombres?
Sí, porque a las mujeres se nos educa para que triunfemos en
el amor, ahí están todas esas palabras peyorativas como solterona. Tener pareja
es una misión bastante vital para la mujer, y nos bombardean continuamente con
canciones y películas que refuerzan esa idea.
Romanticismo en vena.
Ahora, con esta hipersexualización de la sociedad, no tener
pareja o amante es carecer de algo esencial. Y sociológicamente hay una.
Con qué definición de amor se queda?
Con la aristotélica: el encuentro de dos personas nobles que
se hacen mutuamente el bien.
Eso escasea.
Sí, porque vivimos en una sociedad muy utilitarista, no
sabemos celebrar que el otro exista, nos va bien para no estar solos o por
motivos que no son estrictamente la persona.
¿Sufren más por amor las mujeres que los hombres?
Sí, porque a las mujeres se nos educa para que triunfemos en
el amor, ahí están todas esas palabras peyorativas como solterona. Tener pareja
es una misión bastante vital para la mujer, y nos bombardean continuamente con
canciones y películas que refuerzan esa idea.
Romanticismo en vena.
Ahora, con esta hipersexualización de la sociedad, no tener
pareja o amante es carecer de algo esencial. Y sociológicamente hay una
superabundancia de oferta de compromiso por parte de las mujeres.
¿Y nos metemos en líos?
Sí, relaciones que no valen la pena, y con la obsesión de
conservar esa relación al precio que sea. Frente a un acto de indiferencia,
desamor o egoísmo, en vez de dar un paso atrás, lo que hacemos es esforzarnos
más.
Está generalizando.
Por supuesto, pero mis conclusiones responden a un trabajo
de campo de diez años. Las mujeres solemos tener mucha capacidad de aguante
porque vemos el amor como una lucha para conquistar un remanso.
Dicen que amar es dar sin pedir nada a cambio.
No puedes amar a alguien como si fuera un desierto, esperas
consideración, atención, cariño, ¡si no, para qué amas? Existe mucho mal amor.
¿Cómo define el mal amor?
Es la relación con un parásito afectivo. Nietzsche hablaba
de él como de aquel ser que vive del amor sin dar amor. Es alguien que te aleja
de ti, en el sentido de que no te gusta la persona en la que te has convertido
a su lado. Saca lo peor de ti. Es como navegar en un barco en el que siempre
estás achicando agua.
Muy gráfico. ¿Cómo detectarlo?
Es una relación irregular, nunca sabes lo que puedes esperar
del otro; es insatisfactorio, y esperas que haga algo que lo redima, pero muy
difícilmente la persona que te ha llevado hasta allí te sacará del embrollo.
¿Adónde te ha llevado?
A sufrir por algo que creemos que es amor, pero no lo es, es
otras cosas, como el efecto Pávlov, comportamientos reflejos a determinados
es-tímulos. Recibes constantemente doble información y microbombas afectivas.
¿Qué es eso?
Pequeños detalles que te demuestran que no eres una
prioridad. Es como una novela, con su trama principal y subtramas. La clave es
no confundir una subtrama (esos momentos cariñosos y bonitos) con la trama
principal.
Entiendo.
Otro síntoma peligroso es estar todo el rato intentando
encontrar un porqué. Lo siento, pero hay buenos y malos en el amor.
Los buenos son aquellos que cuando se entregan lo hacen de
veras. En cuanto a los otros, Colette los definió muy bien: “Maldito sea aquel
que al inicio de una historia de amor no cree que es para siempre”.
Pero puedes detectarlo y pasar página.
El problema es que las mujeres nos sentimos culpables,
pensamos que no hemos hecho lo suficiente para conseguir nuestro objetivo: que
nos amen.
Entonces, el problema es nuestro.
El amor no hace daño, y si hace daño no es amor. El amor
siempre quiere el bien del otro. En todos los manuales de amor siempre he
echado en falta la cuestión de la ética.
¿A qué se refiere?
Intentar ser una aportación positiva en la vida del otro, no
estar centrado en qué necesito yo, sino entender que amar es cuidar. Si tu
dolor no le afecta, olvídalo.
El corazón no entiende de razones.
Tenemos un gran culto a la emoción, en estasociedad nos
gusta mucho el Dragon Khan emocional, y eso es precisamente un amor
insatisfactorio.
Sentipensar sería un verbo necesario.
La manera de superar este tipo de relaciones
insatisfactorias requiere reconocer que el amor es algo fundamental en la vida,
para después entrar en una visión más amplia del amor que incluya la ética y
que abarque el amor a los amigos, a los animales y a una misma.
Usted propone un plan de trabajo.
Sí, basado en el autoconocimiento y en incorporar la cultura
a tu vida.
¿Qué tienen que ver el amor y la cultura?
El amor se convierte en el único refugio si vives de
espaldas a la cultura. También debes establecer objetivos que dependan de ti.
Si toda la energía que pones en hacer funcionar unarelación insatisfactoria, un
camino cerrado, la pusieras en ti...
Entiendo....
Hagamos todo lo que sí es posible: trabajarme a mí misma.
Aristóteles dice que la persona noble sabe hacer un buen uso de su tiempo y es
amante de sí misma. Es esencial saber defender las propias necesidades sin
olvidar que el gran fracaso en la vida es ser una mala persona.
*Fuente, cortesia y autoria de la nota: Por Montse Barderi, lavanguardia.com
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