El 108 es un número muy ligado a tradiciones orientales,
especialmente al Bön, Budismo, Hinduismo y Jainismo. Se considera sagrado, y
una vez que se constituyó en símbolo, su uso proliferó en todos los aspectos
relacionados con la religión o la cultura en Asia. Por ello no nos extraña
encontrarnos con referencias continuas al 108.
En la estupa de Borobudur (en la indonesia isla de Java) hay
108 Budas mirando a cada punto cardinal del monumento. En Muktinath (Nepal) hay
108 caños en la fuente sagrada. A muchos templos se accede por una escalera de
108 peldaños, o de dos tramos de 54, o tres de 36. No he tenido la curiosidad
de contar los molinos de oración que circundan el monasterio de Tashilumpo y el
templo de Jokhang en Tibet, ni los de las estupas de Boudanath y Sayambunath en
Kathmandú, pero es muy posible que también sean 108
En los templos de Angkor Wat (Camboya) hay numerosas alusiones
al 108, que desempeña un papel importante en el simbolismo de la estructura del
mayor complejo religioso jamás construido.
108 es el número de cuentas del mala, o rosario budista de
oraciones.
¿Por qué 108 y no cualquier otro número?
Existen multitud de
explicaciones al respecto, pero algunas de ellas no tienen un verdadero
fundamento, otras son fruto de la pura casualidad, y las restantes tienen una
base indiscutible, pero que a menudo tampoco resuelve el enigma de la elección
de la sagrada cifra. Por eso, nuestra intención al escribir este artículo es
que esté abierto a la colaboración de cualquiera que pueda aportar nuevos
datos, confirmar o bien rectificar los expresados aquí.
Recuerdo que siempre que me preguntaban por qué el mala
tenía 108 cuentas, respondía invariablemente algo que había oído o leído no sé
dónde: “108 son las vidas del Buda, el número de sus reencarnaciones”, y me
quedaba tan campante. Ahora, después de mucho indagar, admito que no he logrado
ver reflejada esta afirmación en ninguna de las enseñanzas que conozco.
En algunas artes marciales, como el Karate, el 108
(Suparinpei) y varios de sus múltiplos, el 54 (Gojushi), el 36 (Sanseru) y el
18 (Seipai) constituyen secuencias de movimientos o Katas. Algo similar sucede
en ciertos linajes del Tai Chi Chuan.
En la tradición Védica, según el cómputo clásico del
Muktikopanishad, hay 108 Upanishads, o comentarios a los textos sagrados: 10
del Rigveda, 50 del Yajurveda, 16 del Samaveda y 32 del Atharvaveda.
Se dice que hay 108 deidades hindúes.
Krishna tiene 108 Gopis o consortes y otros tantos nombres.
108 templos sagrados dedicados a Vishnú
108 Divyadeshes o Tirtha, lugares divinos de peregrinaje en
toda India y Nepal.
En el budismo se consideran 108 los arhats o santos
realizados.
108 ilustraciones auspiciosas de la huella del Buda.
108 virtudes en el Jainismo.
En el chakra del corazón convergen 108 canales de energía.
El sagrado río Ganges se extiende por una longitud de 12
grados (79 a 91) y una latitud de 9 grados (22 a 31). Doce veces nueve es 108.
La lista de datos de este tipo resulta realmente copiosa,
pero ninguno aporta fundamentos incuestionables acerca de la divinizada opción.
Analizando las propiedades aritméticas, el 108 se expresa
como 1 centena, 0 decenas y 8 unidades. En la numerología hindú, 1 (bindu) o
ser superior, 0 (shunyata) la vacuidad y 8 (ananta) el infinito. La suma de sus
tres cifras 1 + 0 + 8 = 9, el dígito más alto, que simboliza los 9 Tattvas o
principios del Jainismo.
108 es un número divisible por el valor de su función φ, que
es 36. Es también divisible por el número total de sus divisores (12), por
tanto se trata de un número refactorable. Al dividir por 2 la suma de sus
dígitos vuelve a ser 9 (54: 5 + 4 = 9) y también cuando se multiplica por 2
(216: 2 + 1 + 6 = 9). Y así sucesivamente con cualquier número por el que se
multiplique.
Es el hiperfactorial de 3, es decir: 1¹ x 2² x 3³ (1 x 2 x 2
x 3 x 3 x 3 = 108).
También se podría buscar una correspondencia con otro número
apocalíptico, el 666 o número de la bestia, ya que 108 = 6² + 6² + 6², aunque
esta relación bíblica sería intrascendente para las culturas hindú y budista.
Es un número Harsad, (en sánscrito significa “gran alegría”),
es decir, divisible por la suma de sus dígitos (que es 9).
Podría ser de otra forma, pero da la especial casualidad que
la distancia entre la Tierra y el Sol equivale a 108 veces el diámetro del Sol.
La distancia entre la Tierra y la Luna es también 108 veces el diámetro de la
Luna (aunque mediciones recientes más exactas se aproximan más a 107 y 109
respectivamente).
Casualmente también, el diámetro del Sol es aproximadamente
igual a 108 veces el diámetro de la Tierra. Pero estos datos, calculados con semejante precisión, están
sujetos a cambios cósmicos, y aunque se especula que hayan sido el motivo de la
elección del 108 como número sagrado, no existe una certeza expresa de ello.
Una propiedad matemática intrínseca e inmutable es que 108
es igual a 9 x 12. Recordemos que el 9 es el número más alto de toda la
secuencia y es la suma de 1 + 8. De vuelta a la astrología 9 son las
particiones del Navamsha (literalmente significa “novena división”) del
zodíaco, en donde existen, como no, 12 signos. Y en la astronomía hindú 9 es el
número de planetas, representados en un cuadrado de 3 casillas a cada lado, con
en sol en el centro y los otros 8 alrededor (Luna, Mercurio, Venus, Marte,
Júpiter, Saturno, Râhu y Ketu (de nuevo 1 + 8).
Esta concepción planetaria es pre-heliocéntrica, no cuenta a
la Tierra como planeta, pero si al Sol, la Luna y sus eclipses. Casualmente,
con la concepción y definición modernas, la lista es muy diferente, pero el
número de planetas sigue siendo 9.
9 musas, 9 mundos en la cosmología germánica, 9 es
considerado “el mayor”, el supremo. 9 son también los meses de gestación en la
especie humana.
Cuando 9 se multiplica por cualquier otro número (al igual
que sucede con el 108) el resultado es otro cuyas cifras suman 9 o un múltiplo
de 9, pudiendo reducirse su suma de nuevo a 9. (9 x 365 = 3285; 3 + 2 + 8 + 5 =
18; 1+ 8 = 9).
En el cuadrado mágico de 9, hay un número en el centro, que
es siempre el 5, rodeado de los otros 8 números. La suma de los periféricos es
40, por tanto la relación con el central es de 8 a 1. La suma de cualquier
línea, ya sea vertical, horizontal o diagonal, es de 15 (3 números suman 3
veces 5). Una colocación, de las 4 posibles sería:
6 1 8
7 5 3
2 9 4
Sumando el número central y un número en mitad de los lados
(contando sólo las unidades) da el resultado de una esquina adyacente: 5 + 1 =
6; 5 + 9 = 4 (10 + 4); 5 + 7 = 2 (10 + 2); 5 + 3 = 8. Si se dibujan las líneas
de estas operaciones aparece la svástica, símbolo de buena fortuna en las
culturas bön, budista, hindú y jainista.
Además, 9 = 3 x 3, es decir, triple trinidad, en donde la
simbología del número tres resulta abrumadora (3 reyes magos, 3 mundos, 3
colores primarios, la regla del 3, etc.).
En cuanto al 12, se trata de un símbolo del orden lógico del
universo: al 1 sigue el 2, a la unidad y el absoluto sigue la dualidad, la
polaridad (ying-yang) etc.
El 12 se estructura como una decena y dos unidades (uno
grande y dos pequeños), en donde continúa la libre asociación mental de unir en
el 12 dos números de significado tan diferente como el 1 y el 2. La llamada
docena ha tenido bastante éxito como sistema de conteo. El número 12 es también
la suma de 9 + 3, por tanto es la conjunción de los símbolos anteriormente
vistos.
En geometría, el dodecágono regular tiene 12 lados, 12
vértices y 54 diagonales (la mitad de 108) y su construcción con regla y compás
resulta sencilla, algo imposible para el eneágono regular de 9 lados, 9
vértices y 27 diagonales (la cuarta parte de 108).
La segunda característica inmutable es que 108 es la suma de
los 9 primeros múltiplos de 3, a saber: 0, 3, 6, 9, 12, 15, 18, 21 y 24.
Una propiedad contingente de 108 depende de la convencional
división del círculo en 360º. Los ángulos interiores de un pentágono regular
tienen 108º.
Cuando se inscribe en un círculo un pentágono regular y se
trazan las diagonales aparece el pentagrama, que encierra a su vez otro
pentágono regular, dentro del cual se podría volver a trazar otro pentagrama y
así hasta el infinito, tanto hacia dentro como hacia afuera.
La relación entre la longitud del lado del pentagrama y la
del lado del pentágono es la Sección de Oro o también llamada Divina
Proporción. Esta proporción áurea no es un consenso, sino que está manifestada
de forma abundante en la naturaleza (ramas de los árboles, capas de pétalos en
las flores, conchas marinas, etc.).
Este canon perfecto, muy usado en el arte, (sobre todo en la
arquitectura), es la proporción entre dos magnitudes diferentes, en donde la
mayor es a la menor como la suma de ambas es a la mayor.
La fórmula matemática es: la mitad de la suma de 1 + la raíz
cuadrada de 5, lo que da lugar a un número irracional (de infinitos decimales):
1,61803…(representado por φ, en honor al escultor griego Fidias).
Como vemos, hay una íntima relación entre 108, la sección de
oro, el pentágono, el pentagrama y el número 5.
Pues bien, la Autocuración Tántrica (Ngal-So) II, del Lama
Gangchen Rinpoché está ligada profusamente al 5 (5 elementos, 5 colores, 5
chakras, 5 Sílabas Semilla, 5 Símbolos, 5 Sanadores Supremos o Budas Dhiani, 5
repeticiones de mantras en cada chakra, etc.).
Del mismo modo que por convenio se tiende a elegir el
sistema métrico decimal como referencia unificada que nos permite contar, pesar
o medir según determinados patrones, el 108 es, en definitiva, otro sistema de
medición.
¿Por qué 108?
Si recitar 108 mantras fuera mejor que recitar 100, habría
que pensar que 110 sería aún mejor. Se trata de una referencia, al igual que el
metro, el litro o el kilo, en este caso para calibrar la devoción espiritual y
marcar una pauta a seguir.
Se podría aventurar que la elección del 108, y no de
cualquier otro número, está influenciada por ese halo mágico que le aporta el
ser una medida astronómica y astrológica importante, según la tradición védica,
amén de esas otras propiedades aritméticas, geométricas, matemáticas y
simbólicas que hemos analizado brevemente.
JAPA MALA EN VENTA |
UTILIZANDO UN YAPA MALA O ROSARIO PARA CANTAR LAS 108 REPETICIONES DE UN MANTRA:
La primera vez que me recomendaron el uso de un mala me hizo
mucho sentido. La recomendación fue: “mientras te encuentras esperando en la
fila del banco, medita con un mala”. Puedes extender esta recomendación a cualquier lugar y espacio donde
debas hacer tiempo de espera, ya sea un banco o cuando vas viajando en el metro
o auto-bus. Rápidamente transformarás una tediosa fila en un crecimiento
interno que te permitirá ver las cosas de otra forma. También puedes usarlo en
la tranquilidad de tu hogar.
Meditar con mala o yapa mala es sencillo y efectivo.
Es usado en muchas tradiciones, normalmente en occidente lo conocemos como
rosario.
A continuación te informamos todo lo que necesitas saber para
utilizarlo.
Usar un mala para meditar:
Un mala es una herramienta simple y eficaz que puede ayudar
a reducir estrés, y a acrecentar la sabiduría, la paciencia y la salud. Un mala
consiste en 108, 54, o 27 cuentas ensartadas en un hilo de seda con una cuenta
más grande, llamada la cuenta gurú, de la cual cuelga una borla*. La borla
simboliza un loto de cien pétalos.
Yapa significa ‘murmurar oraciones’, ‘mālā‘ se traduce como ‘guirnalda’.
Existen muchos tipos de malas, los más usados y comunes son
los de madera de sándalo y semillas Rudraksha. También los puedes encontrar en
todo tipo de piedras como piedra luna, cuarzo, ámbar o lo que gustes. Cada una
de estas piedras o semillas tienen diferentes propiedades, antes de comprar
infórmate bien que es lo mejor para ti y lo que estás viviendo. Si no estás
seguro te recomendamos comenzar con una mala de semillas de Rudraksha.
Cómo funciona
Al igual que en los mudras cada dedo conecta una parte
dentro del cerebro. Al tocar una a una las cuentas estás activando una zona
especifica en el cerebro. Cada dedo activa una cualidad diferente.
El uso de los diferentes dedos con el mantra
Cada dedo que usas se relaciona con una parte diferente del
cerebro. Al recorrer el mala sobre el primer segmento de cada dedo, entre la
yema del dedo y el primer nudillo, creas un resultado diferente.
Dedo índice (Júpiter): sabiduría, conocimiento y
prosperidad.
Dedo medio (Saturno): paciencia.
Dedo anular (Sol): salud, vitalidad y un sistema nervioso
fuerte.
Dedo meñique (Mercurio): habilidad comunicativa e
inteligencia.
Un mala se puede usar con cualquier mano. Siempre inicia con
la cuenta al lado de la cuenta gurú. Mientras repites el mantra, mueve cada
cuenta con el pulgar en dirección al cuerpo, sobre el punto meridiano. Así, la
cuenta gurú desciende y, finalmente asciende para ser la última cuenta de tu
meditación. A la vez que sostienes la cuenta gurú, repite tu mantra y haz una
oración. Para iniciar otra vez, voltea el mala con la ayuda de la otra mano.
Mueve las cuentas hacia ti y continúa.
Usando un mantra con un mala
Cuando recites el mantra Sat Nam, mueve sólo una cuenta para
ambas palabras. Con el mantra Wage Guru, mueve sólo una cuenta para las dos
palabras. También puedes usar el mantra Sat Naam, Wage Guru, diciendo ambas con
el movimiento de una cuenta. Puedes utilizar cualquier afirmación o mantra de
tu preferencia. Generalmente, mueve una cuenta por cada repetición del mantra.
La recitación de tu mantra puede ser hecha en silencio, en susurro o en voz
alta.
Palabras de Yogi Bhajan sobre el uso del Mala:
La cosa más preciosa en este mundo que se esta perdiendo
estos días es la relajación, así que pensamos, vamos a llegar a lo esencial y
básico, lleguemos a la raíz de la tensión y eso es el cerebro y no hay manera
de usarlo excepto que sabemos cómo. Y en tiempos antiguos solían tener el
rosario o Mala cómo lo llamas, para ir a través del Japa (repetición) para
relajarse, para llegar a un punto.
–.Yogi Bhajan
*Fuente, cortesia y autoria de la nota: karmayoga.es y comunidadkundalini.com
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