¿Sabías que existen casi 30 tipos de piedras diferentes, a las que se le atribuyen propiedades
“sanadoras”? La gemoterapia, por ejemplo, es una técnica cada vez más popular
que sirve para tratar diferentes dolencias mediante la aplicación de piedras a
diversas temperaturas. En el siguiente artículo te invitamos a aprender más
sobre las piedras curativas.
Poderes de las piedras
Desde la antigüedad las piedras se utilizan para proteger de
los males y enfermedades. Si bien muchos consideran que esto es simplemente una
creencia popular, lo cierto es que se le atribuyen propiedades curativas en
muchas culturas. Conoce las piedras curativas y sus acciones.
TRATAMIENTO DE DOLENCIAS CON PIEDRAS CURATIVAS
Ágata.
Pertenece a la familia de los cuarzos y hay en
diferentes colores, con franjas o capas. Sus propiedades incluyen: ayuda a
mejorar problemas digestivos y a equilibrar lo emocional. Existen distintos
tipos de ágatas, cada una de ellas con sus beneficios. El ágata amarilla relaja
el sistema nervioso y provee de equilibrio emocional; el ágata azul proporciona
serenidad, perseverancia e intuición; el ágata cornalina favorece la
concentración y está relacionada a la sexualidad y al bazo; el ágata fuego
provee energía sexual y ayuda en problemas de la columna; el ágata marrón
aumenta la energía; el ágata lila se usaba para picaduras de insectos y el
ágata verde se relaciona al corazón, el hígado y la vesícula.
Amatista.
Sirve para dejar las adicciones, ayuda en los
partos difíciles, para tratar problemas en la piel, enfermedades genitales,
migrañas, espasmos y para reducir el estrés. Es de color violeta en todas sus
tonalidades (más claras y más oscuras). Favorece el crecimiento de las plantas,
es útil en la meditación y, además, para solucionar problemas profundos.
Amazonita.
Sirve para relajar la nuca y la columna,
espasmódica, alivia dolores de cabeza (realizar movimientos circulares con la
piedra en la zona), tiene efectos calmantes en las embarazadas y el corazón.
Era usada para protegerse de picaduras de insectos ponzoñosos. Es de color
verde con líneas blancas mayormente.
Ámbar.
Alivia dolores de cabeza y migrañas, tensiones en la
espalda y nuca, asma y bronquitis, problemas gastrointestinales, fiebre,
sordera, malaria, hemorragias nasales, catarro, enfermedades de vejiga, bocio,
inflamaciones en las amígdalas, caries, gingivitis y encías sangrantes. En
realidad es un mineral y no una piedra, de color amarillo dorado transparente.
Citrino (o topacio de Brasil).
Cura problemas intestinales y
de la piel por causa del estrés, enfermedades del páncreas, del sistema
nervioso y endócrino. Es indicada en pacientes con insuficiencia renal o
diabetes. Es de color marrón o dorado, de la familia de los cuarzos.
Cuarzo.
Las propiedades de esta piedra están muy ligadas a
la energía, también ayuda al cuerpo a curarse por si mismo. Se recomienda
llevar un cuarzo colgando a diario para recuperarse de una cirugía o una
enfermedad y para estimular el sistema inmunológico. Es ideal para los procesos
autocurativos y para ayudar en las recuperaciones. El cuarzo es blanco, rosa,
verde o azul, puede ser transparente o no. Se usa en los relojes, electrónica y
tecnologías diversas.
Coralina.
En el Antiguo Egipto se usaban para promover la
armonía y la paz, ayuda a eliminar la depresión, aumenta la energía sexual y
previene las enfermedades de la piel. Se usa también para controlar la presión
arterial, la anemia, las afecciones de los ojos o de los oídos. Sirve para
reducir los dolores menstruales o de parto. Puede ser de varios colores, como
roja, rosa, marrón y naranja.
Esmeralda.
Las variaciones opacas se aconsejan para los
problemas de circulación. Neutraliza las energías negativas, ayuda a tratar los
dolores de garganta.
Hematite.
Mejora el aparato circulatorio y todo aquello
relacionado a la sangre, como ser hemorragias o anemias. También es bueno para
tratar problemas en riñones, bazo e hígado, sistema digestivo, tumores, quistes
o cáncer de mama u ovario, migraña, espasmos, tensión en la nuca y espalda,
cáncer de próstata, regenera tejidos, sirve para recuperarse de cirugías y es
un excelente descongestivo.
Jade.
Tiene efectos curativos en la vejiga, los ojos y los
riñones. Los aztecas la consideraban una piedra poderosa para curar
enfermedades renales. También sirve para tratar infertilidad, neuralgia,
migrañas, herpes, cólicos, ictericia, influenza, desórdenes gástricos y
complicaciones digestivas. Si bien se cree que sólo es de color verde, también
hay jades amarillos, blancos, negros, grises, rosados y violetas.
Jaspe.
Es de color rojo amarronado, actúa sobre la columna
vertebral, es buena para tratar afecciones hepáticas, infecciones, náuseas,
apetito excesivo en el embarazo, ayuda a aliviar los dolores en el bajo vientre
por la menstruación y es un verdadero torrente de energía física proveniente
del centro de la tierra.
Pirita.
Es muy usada en la homeopatía, sobre todo para las
enfermedades relacionadas a las vías respiratorias, como ser amigdalitis e
influenza. Sirve para oxigenar la sangre y normalizar los trastornos
circulatorios, cura la gastritis y problemas del aparato digestivo, activa el
funcionamiento del hígado.
Rodocrodita.
Purifica la sangre, activa el sistema
circulatorio y sirve para tratar problemas psicológicos. Se utiliza en los
niños con problemas respiratorios. También es eficaz para cicatrizar las
heridas producidas por accidentes o para tratamientos oculares, infecciones en
las uñas, enfermedades como el cáncer o complicaciones en el hígado. Evita el
estrés y es de color rosa con tonos pasteles, del grupo de los minerales.
Turmalina.
Relaja el sistema nervioso, promueve el
equilibrio emocional, es eficaz para eliminar la depresión, alivia los dolores
de la quimioterapia o cánceres terminales, así como dolores agudos. Se usa para
equilibrar las secreciones hormonales y para curar cálculos renales.
*Gratitud por la fuente y cortesia de la nota:
mejorconsalud.com
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