Un relámpago no ilumina tu camino, no te sirve como si fuera
una lámpara en tu mano; sólo te da un fogonazo, un vislumbre del camino que
tienes por delante. Pero ese vislumbre es precioso; ahora tus pies estarán
firmes, ahora serás fuerte, ahora tu determinación de alcanzar tu destino se
verá fortalecida. Haz visto el camino, sabes que está ahí y no deambulas sin
dirección. Un fogonazo de luz y vislumbrarás el camino que tienes que recorrer
y el templo que es el destino de tu viaje.
Un dia escuche el relato de dos hombres que se perdieron en
el bosque una noche muy oscura. Era un bosque muy peligroso, lleno de animales
salvajes, muy denso y rodeado de oscuridad. Uno de los hombres era un filósofo
y el otro era un místico. De repente estalló una tormenta, las nubes se abrían
y había grandes relámpagos.
El filósofo miraba al cielo, el místico mantenía la vista en
el camino. En ese momento hubo un relámpago y el sendero se iluminó delante de
ellos.
El filósofo miró al relámpago y se preguntó: "¿Qué está
pasando?", perdiendo así el camino.
Tú estás perdido en un bosque aún más denso que el de esta
historia. La noche es más oscura. A veces viene un relámpago: debes mirar al
sendero.
Chuan Tzu es un relámpago, Buda es un relámpago, yo soy un
relámpago. No me mires a mí, mira al sendero. Si me miras a mí, perderás tu
oportunidad, porque el relámpago no se volverá a repetir. Sólo dura un momento,
y los momentos en los que la eternidad penetra en el tiempo son muy escasos;
son como relámpagos. Y cuando empieces a vivir, las cosas ordinarias adquieren
una belleza extraordinaria.
Cosas pequeñas - la vida consiste en cosas
pequeñas.... Pero cuando les aportas la cualidad de un amor intenso y
apasionado se transforman, se vuelven luminosas!
~ OSHO
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