TENER EL CORAJE DE IR MAS ALLA, POR STUART WILDE
“Tener el coraje de ir más allá”, es el acto de relajarse y
permitir que tu vida entre en un fluir libre y espontáneo. Esto conlleva menos
estructuración, más confianza y fe y tomar la vida tal y como te la encuentras,
en vez de intentar encuadrarla en un patrón preconcebido y enfadarse cuando las
cosas no resultan como esperabas.
El ego es por naturaleza resistente a dejarse fluir. Quiere
aferrarse a su sentimiento de poder y dominar tu vida y las vidas de los demás.
Necesita del control porque se siente inseguro. Así que puede darte miedo
dejarte fluir, pero bajo mi punto de vista es más atemorizante permanecer donde
estar.
En el mundo del ego y del intelecto, no tienes que
desarrollar una confianza ciega. Puedes confiar en tus experiencias pasadas y
reflexionar las cosas y normalmente eso funciona para ti la mayor parte del
tiempo. Pero como ser espiritual, confiar es vital. En el dinámico y asombroso
mundo del Yo Infinito, vuelas a ciegas. No tiene límites, así que te llevará a
terrenos que no te son familiares y eso precisamente es lo que hace el proceso
tan fascinante.
El viaje del ego al espíritu conlleva resolver las paradojas
dela existencia humana:
* Tenemos que aceptar la infinidad estando dentro de un
cuerpo mortal.
* Tenemos que creer en un Dios que no podemos ver.
* Tenemos que aprender a amar en una dimensión donde hay
tanto odio.
* Tenemos que ver abundancia cuando la gente habla
constantemente de carencia.
* Tenemos que descubrir la libertad donde el control es la
religión estatal.
* Tenemos que desarrollar nuestra autovalía mientras la
gente nos critica y empequeñece.
* Tenemos que ver belleza donde hay fealdad
* Tenemos que abrazar la amabilidad y las actitudes
positivas cuando estamos rodeados de incertidumbre.
* Tenemos que sentirnos a salvo a pesar de nuestras preocupaciones.
El punto crucial es la confianza. Tienes que tener la
valentía de tomar una idea, creerla, aceptarla y, antes de que tengas alguna
prueba real de que la energía está allí para tí, o de que la idea funcionará.
Has de dejar ir ese mal hábito intelectual que dice que tu ego-personalidad
siempre sabe más. Dándole al infinito dentro de ti tu aceptación, le das poder
para que entre en tu vida.
Es casi como si te perdieras un poco a ti mismo para
encontrarte nuevamente en un nivel de energía mayor.
Si no te dejas ir un poco, tu ego-personalidad bloqueará
constantemente tu poder interior y te perderás el beneficio de la sutil
consciencia y de la percepción extrasensorial de los que entás investido como
ser espiritual que eres.
Hemos llegado a rechazar esos mensajes interiores, ¿verdad?.
Es parte de cómo el ego juega sus juegos.
El infinito en tí es como un viento celestial; soplará
suavemente en tu dirección y te apoyará, pero sólo cuando aquietes la mente y
controles el ego. La gente me pregunta ¿eso es la intuición? Sí y no. Es más
que intuición. La intuición espontánea es como se manifiesta en sus estados
iniciales. Mas tarde, el diálogo con el yo infinito viene a través de un
conocimiento completo, de una información espontánea derivada de una
sensibilidad incrementada. Crece conforme te vas enfocando y te disciplinas a
ti mismo y cuando sabes y crees que tú eres infinito.
Una vez que eres capaz de ver el mundo como lo que es, el
poder de tu Yo Infinito se te une. Te enseña hora tras hora, día tras día,
mostrándote constantemente la naturaleza sutil de las cosas de un modo verdaderamente
magneficiente. Te trae la gente a la que necesitas asociarte. Te muestra cómo
modificar tus creencias y cuáles de ellas necesitas dejar atrás. Te ayuda en tu
bienestar y te muestra modos de hacer tu modo de vida menos oneroso y
restrictivo. La profundidad de su percepción te lleva de un paso al siguiente. Será una pena si no la escuchas. Mientras el ego domina y
aprieta, la espiritualidad interior se retira y espera hasta que la mundana
lógica de la vida te agote. Por tanto, estar de acuerdo en escuchar es
importante; actuar en lo que escuchas lo es incluso más.
No importa si, al principio, te vienen cosas un poco
mezcladas, si no estás seguro de qué es lo que procede de tu yo infinito y qué
procede de la mente. Tienes que empezar desde algún punto, esa es la
importancia de dar el primer paso. Si no escuchas y te abres, el mundo que creas vía tu
personalidad y sus preferencias, y la percepción que tienes del mundo que te
rodea, empieza a disminuir en energía. Agotas el poder disponible para ti. La energía
del lugar dónde vives, de tus circunstancias, tu trabajo y tus relaciones, todo
empieza a bajar a un nivel de energía menor porque no fluyen energías nuevas
para sostenerlo. Gradualmente te haces menos seguro, entrando en una zona de estancamiento que es la manifestación externa de una mente cansada y sin vida. Cada día hay menos energía que antes, menos excitación, más aburrimiento e
irritación. A menudo este efecto será sofocante; te sentirás atrapado. La vida
entra en encefalograma plano.
En el estancamiento el peligro crece; tu seguridad y
protección se debilitan por la inmovilidad que te rodea. (…) Las restricciones de una situación sin vida como esta pueden
causar ansiedad y acabar resultando en efermedades o conductas negligentes.
Puede conducir a la desesperanza y a una muerte temprana.
Comprométete contigo mismo, en un tranquilo momento de
oración o contemplación, que tu tienes el coraje de ser diferente. Cambiarás y
lucharás contra la falta de energía del ego abrazando un puñado de ideas nuevas.
Puede que la gente de tu alrededor te critique por querer cambiar, ¿y qué? En
una situación de estancamiento cualquier cosa es mejor que seguir donde se
está.
Lo siguiente es tener el coraje de aceptar y manejar el
dolor y los problemas que, sin duda, el ego te pondrá para intentar que no le
saques el poder. No le va a gustar lo que está pasando. Protestará con
argumentos que suenan lógicos, esperando que te eches atrás. Cuando esto suceda
sigue tu decisión con firmeza y pon en práctica una disciplina que no le guste
al ego. Echarte a nadar al río a las 4 de la mañana todos los días durante una
semana. ¡Eso lo arreglará pronto!.
En conclusión, al coraje de ir más allá, yo añadiría el
coraje de ser vulnerable. Conforme cambies y crezcas el ego se sentirá asediado
y amenazado. Si tienes poca o ninguna resistencia, estarás bien; si te resistes
y luchas, dolerá un montón.
Así que sé valiente. Permítete ser vulnerable.
Deja a un lado la insistente psicología del macho que sufre la mayoría de la
gente. En vez de eso penetra en la intensa belleza espiritual de moverte y
fluir sin saber necesariamente qué camino tomar o cómo llegarás allí.
Cree, Cree, Cree.....
*Cortesia, y transcripcion de la nota: hermandablanca.com
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