Seguidores

miércoles, 14 de marzo de 2018

MUERE UN GENIO, STEPHEN HAWKING




Muere el físico Stephen Hawking a los 76 años

El reconocido científico y divulgador británico ha fallecido en su casa de Cambridge

El físico británico Stephen Hawking, el científico que explicó el universo desde una silla de ruedas y acercó las estrellas a millones de personas alrededor del mundo, ha fallecido esta madrugada en su casa de Cambridge, a los 76 años.

“Estamos profundamente entristecidos por el fallecimiento de nuestro padre hoy”, dicen sus tres hijos, Lucy, Robert y Tim, en un comunicado publicado a primera hora de la mañana del miércoles. 

“Era un gran científico y un hombre extraordinario cuyo trabajo y legado sobrevivirá por muchos años. Su coraje y persistencia, con su brillo y humor, inspiraron a personas por todo el mundo. 

En una ocasión dijo: ‘El universo no sería gran cosa si no fuera hogar de la gente a la que amas’. Le echaremos de menos para siempre”.

Muere el físico Stephen Hawking a los 76 años Stephen siempre va a estar presente

Hawking pasará a la historia por su trabajo sobre los agujeros negros y por intentar unificar las dos grandes teorías de la física del siglo XX, la de la relatividad y la de la mecánica cuántica. También por los populares títulos divulgativos de los que fue autor, entre ellos Breve historia del tiempo, del Big Bang a los agujeros negros, publicado en 1988 y convertido en el libro de ciencia más vendido de la historia.

A los 22 años le fue diagnosticada una esclerosis lateral amiotrófica, y los médicos le dieron solo dos años de vida. Pero vivió 54 años más. La enfermedad le dejó en una silla de ruedas e incapaz de hablar sin la ayuda de un sintetizador de voz. Redujo el control de su cuerpo a la flexión de un dedo y el movimiento de los ojos. Su apabullante intelecto, su intuición, su fuerza y su sentido del humor, combinados con una destructiva enfermedad, convirtieron a Hawking en símbolo de las infinitas posibilidades de la mente humana, y de su insaciable curiosidad.

"Aunque había una nube sobre mi futuro, encontré, para mi sorpresa, que disfrutaba más de la vida en el presente de lo que la había disfrutado nunca", dijo en una ocasión. "Mi objetivo es simple. Es un completo conocimiento del universo, por qué es como es y por qué existe".

La bandera del Gonville and Caius College de Cambridge, del que Hawking fue alumno y luego docente, ondea este miércoles a media asta. Estudiantes, vecinos y turistas llegados de todo el mundo, en un fluir silencioso y constante, se acercan a firmar en el libro de condolencias dispuesto en el viejo college del que fue fellow durante más de 50 años. El nombre del profesor Hawking sigue pintado a mano, en blanco sobre la madera negra del marco de una puerta, en una de las dos salas de la planta baja en el bloque K, donde recibía a sus alumnos.

Kelly Marchisio, de 27 años, alumna estadounidense de un máster de ciencias informáticas avanzadas, asegura que llegó a Cambridge atraída por la figura del profesor Hawking. "Me propuse la meta de escucharle hablar algún día, pero no ha podido ser", lamenta. "Fue importantísimo, tanto por su contribución académica como por su capacidad de atraer al gran público a la ciencia". Dan, estudiante de ciencias políticas y sociología que también se ha acercado a dejar su firma en el libro de condolencias, valora la figura de Hawking, más allá de sus aportaciones a la ciencia, como "embajador de la justicia social, y de los derechos de las personas discapacitadas".

Amigos y colegas de la Universidad de Cambridge le han rendido tributo con un vídeo sobre la trayectoria vital y científica de Hawking -nombrado siempre como "Professor Hawking", que era como se le citaba en el mundo de la ciencia- y un texto de homenaje, en cuyo penúltimo párrafo se resume una conferencia del profesor en su 75º cumpleaños: "Ha sido un momento glorioso estar vivo e investigar sobre física teórica. Nuestra imagen del Universo ha cambiado mucho en los últimos 50 años, y estoy feliz de haber hecho una pequeña contribución".

El profesor Stephen Toope, vicerrector de la Universidad de Cambridge, también le ha rendido tributo con estas palabras: "El profesor Hawking fue una persona única que será recordada con cariño y afecto no solo en Cambridge, sino en todo el mundo. Sus contribuciones excepcionales al conocimiento científico y a la popularización de la ciencia y las matemáticas han dejado un legado indeleble. Su personaje fue una inspiración para millones. Le echaremos de menos".

Stephen William Hawking nació en Oxford el 8 de enero de 1942, el mayor de los cuatro hijos del prestigioso biólogo Frank Hawking y de Isobel Walker, que había llegado a la ciudad universitaria huyendo de los bombardeos alemanes sobre Londres. Su infancia estaría marcada por la vida bohemia de una familia cuyo coche familiar era un clásico taxi negro londinense.

Stephen fue un estudiante mediocre en St Albans, Londres, pero su brillantez fue reconocida por sus compañeros que lo apodaron "Einstein" por su facilidad para comprender la ciencia. Se matriculó en matemáticas y física en Oxford en 1959, estudios que encontró tan fáciles que, según él mismo calculó, sacó adelante con solo mil horas de estudio: una al día.

Solo la cosmología capturó de verdad su interés, pues lidiaba con la gran pregunta del origen del universo. A ella dedicó sus estudios de posgrado en la universidad de Cambridge, a la que ha seguido vinculado hasta el final. Allí empezaron a agudizarse los síntomas que ya había detectado en Oxford –dificultad al hablar o, por ejemplo, al atarse los cordones de los zapatos- y en 1963, un año después de licenciarse, se le diagnosticó la enfermedad.

Pasó los siguientes dos años más dedicado a escuchar a Wagner, leer ciencia ficción y beber, que a investigar. Cuando la enfermedad pareció estabilizarse regresó con entusiasmo a la investigación.

En 1965 se casó con Jane Wilde, estudiante de filología. Su matrimonio, del que nacieron sus tres hijos y que Hawking definió como un punto de inflexión en su vida, se rompió en 1990. Hawking se volvió a casar en 1995 con Elaine Mason, una de sus enfermeras, cuyo anterior esposo había creado su sintetizador de voz. Jane Wilde escribió un libro sobre su vida con Hawking en el que le describía como un “emperador todopoderoso” que encontró en su segunda mujer a “alguien dispuesta a adorarlo a sus pies”.

En los primeros años de la década pasada, tras una serie de visitas al hospital por misteriosas lesiones, la prensa empezó a publicar historias, respaldadas en relatos de diversas enfermeras, sobre supuestos abusos físicos por parte de Elaine a su marido, que él siempre negó. En 2006 se divorciaron.

Hawking saltó a la fama junto a su colega Roger Penrose a finales de la década de 1960. El motivo, su teoría de la singularidad del espacio tiempo. Los dos físicos aplicaron la lógica de los agujeros negros al universo entero. Su más famoso hallazgo científico fue el del fenómeno que se conocería como la radiación Hawking, por la que los agujeros negros desprenden energía hasta desaparecer.

Mientras la labor de otros prestigiosos científicos transcurre en la sombra, la enfermedad catapultó a Hawking a la categoría de figura de culto para el gran público. Contribuyó también a su enorme popularidad su idea de que la ciencia descubriría algún día “la teoría del todo”, que exploraría en su libro Breve historia del tiempo.

Desde los 21 años, la enfermedad condicionó la vida de Hawking. La ELA destruyó poco a poco su cuerpo, su capacidad motora, sus músculos. Primero le postró en una silla de ruedas y luego le quitó la capacidad de hablar. Además de por su brillantez y sus cualidades divulgativas, Hawking se convirtió en una estrella mundial por la obstinación con que se agarró al mundo. En 1985, una neumonía empeoró su salud, obligándole a respirar por un tubo. Nunca más pudo usar su voz. El físico logró comunicarse gracias a un artefacto electrónico, un sintetizador de voz, que le permitió burlar el silencio. La voz robótica de Stephen Hawking se convirtió en parte de su leyenda.   

En enero de 2014 presentó un polémico artículo defendiendo que no existían los agujeros negros. Al menos que no existían de acuerdo con cómo se habían entendido hasta entonces. Un agujero negro es un lugar de gran densidad y energía. La teoría decía que a partir de un punto, la energía -la luz- no podría escapar a su gravedad. Hawking argumentó en cambio que sí podría, que no existía un horizonte de sucesos, esto es, un punto de no retorno, sino un horizonte aparente. Así, el agujero negro contendría la energía durante un tiempo antes de dejarla escapar.

En una entrevista concedida a EL PAÍS en 2015, el físico se refirió a la vida extraterrestre, una de sus últimas obsesiones:

"Si los extraterrestres nos visitaran, el resultado se parecería mucho a lo ocurrido cuando Colón desembarcó en América: a los nativos americanos no les fue bien. Estos extraterrestres avanzados podrían convertirse en nómadas, e intentar conquistar y colonizar todos los planetas a los que pudiesen llegar. Para mi cerebro matemático, de números puros, pensar en vida extraterrestre es algo del todo racional. El verdadero desafío es descubrir cómo podrían ser esos extraterrestres".

Tenía grandes inquietudes y siempre trataba de formular preguntas sobre nuestro trabajo, sobre si encontraríamos planetas similares a la Tierra".

Su vida, en lo profesional y en lo personal, fue un desafío a los límites. Hawking viajó por todos los continentes, incluida la Antártida. Ganó premios, entre ellos el Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA en 2016, aunque el Nobel se le escapó. Se casó dos veces, fue padre de tres hijos.

Se convirtió en una suerte de icono de la cultura popular, como demuestra la cantidad de estrellas del cine y de la música que hoy han expresado sus condolencias por la muerte del respetado científico. Hawking apareció en la serie The Big Bang Theory, de la que se declaraba fan, y mereció un personaje en Los Simpson. "Su teoría sobre el universo en forma de dónut es interesante, Homer. Puede que tenga que robársela", le decía al cabeza de familia de la popular serie animada.

Celebró su 60 cumpleaños subiendo a un globo aerostático. Cinco años después, probó la gravedad cero a bordo de un Boeing 727. Cuando le preguntaron por qué hacía todo eso, respondió: "Quiero demostrar que la gente no debe estar limitada por discapacidades físicas, siempre que su espíritu no esté discapacitado".



Siete personas acompañan al físico en este viaje, entre asistentes, médicos y personal de su confianza, siempre pendientes de su frágil salud de hierro, que le ha mantenido vivo hasta los 73 años “contra todo pronóstico”. Así lo explica en esta entrevista exclusiva con EL PAÍS, que ha tenido ocasión de pasar un día junto a él y al organizador de Starmus, el físico Garik Israelian. 


Hawking nos habla de la necesidad de conquistar el espacio para sobrevivir como especie, del peligro que supone el desarrollo de la inteligencia artificial o del futuro que les espera a los jóvenes científicos de España.



ENTREVISTA:

Pregunta. Tiene una agenda vertiginosa de viajes, conferencias, entrevistas, festivales… casi como una estrella de rock. ¿Por qué lo hace?

Respuesta. Siento el deber de informar a la gente sobre la ciencia.

P. ¿Hay algo que le gustaría hacer en la vida y que aún no ha hecho?

R. Viajar al espacio con Virgin Galactic.

A un científico joven español le diría que se vaya a Estados Unidos. Allí valoran la ciencia porque se amortiza con tecnología"

P. Uno de sus últimos libros se centra en la teoría del todo, que uniría la relatividad y la física cuántica. ¿Sobre qué tratará el siguiente?

R. Puede que mi nuevo libro trate sobre mi supervivencia, en contra de todo pronóstico.

P.  España, al igual que otros muchos países, ha visto cómo se recorta el presupuesto para la ciencia, y muchos científicos jóvenes han tenido que emigrar para encontrar trabajo. ¿Qué le diría a un joven español que esté planteándose ser científico?

R. Que se vaya a Estados Unidos. Allí valoran la ciencia porque se amortiza con tecnología.

P. Recientemente puso en marcha una iniciativa muy ambiciosa para buscar vida inteligente en nuestra galaxia. Sin embargo, hace unos años dijo que sería mejor no establecer contacto con civilizaciones extraterrestres, porque podrían llegar a exterminarnos. ¿Ha cambiado de opinión?

R. Si los extraterrestres nos visitaran, el resultado se parecería mucho a lo ocurrido cuando Colón desembarcó en América: a los nativos americanos no les fue bien. Estos extraterrestres avanzados podrían convertirse en nómadas, e intentar conquistar y colonizar todos los planetas a los que pudiesen llegar. Para mi cerebro matemático, de números puros, pensar en vida extraterrestre es algo del todo racional. El verdadero desafío es descubrir cómo podrían ser esos extraterrestres.

En cierto modo mi discapacidad ha sido una ayuda. Me ha liberado de dar clases o participar en aburridos comités y me ha dado más tiempo para pensar e investigar"

P. Hace poco dijo que la información puede sobrevivir a un agujero negro. ¿Qué significa eso para el ciudadano medio?

R. Caer en un agujero negro es como precipitarse por las cataratas del Niágara con una canoa: si remas lo suficientemente rápido, puedes escaparte. Los agujeros negros son la máquina de reciclaje definitiva: lo que sale es lo mismo que entró, pero procesado.

P.  En el año 2015 la teoría de la relatividad general cumplirá cien años. ¿Qué le diría a Albert Einstein si pudiese hablar con él, y qué espera de esa ciencia en los próximos cien años?

R. Einstein escribió un artículo en 1939 en el que afirmaba que la materia no podía comprimirse más allá de un cierto punto, descartando la posibilidad de que existiesen agujeros negros.

P. ¿Por qué cree que deberíamos temer la inteligencia artificial? ¿Es inevitable que los humanos creen robots capaces de matar?

R.  Los ordenadores superarán a los humanos gracias a la inteligencia artificial en algún momento de los próximos cien años. Cuando eso ocurra, tenemos que asegurarnos de que los objetivos de los ordenadores coincidan con los nuestros.

Creo que todo el mundo puede, y debe, tener una idea general de cómo funciona el universo y de nuestro lugar en él"

P. ¿Cuál cree que será nuestro destino como especie?

R. Creo que la supervivencia de la raza humana dependerá de su capacidad para encontrar nuevos hogares en otros lugares del universo, pues el riesgo de que un desastre destruya la Tierra es cada vez mayor. Así las cosas, me gustaría despertar el interés del público por los vuelos espaciales. He aprendido a no mirar demasiado adelante, a concentrarme en el presente. Aún hay muchas más cosas que quiero hacer.

P. ¿Qué le diría al presidente del Gobierno español, que ha aprobado grandes recortes a la ciencia en los últimos años?

R. Los españoles tienen mucho interés en la ciencia y en la cosmología. Han sido grandes lectores de mi libro Breve historia del tiempo. Es importante que todos tengamos buenos conocimientos de ciencia y tecnología. La ciencia y la tecnología están cambiando drásticamente nuestro mundo, y es fundamental asegurarse de que esos cambios se producen en las direcciones correctas. En una sociedad democrática, eso significa que todos tenemos que tener unos conocimientos elementales sobre ciencia, de manera que podamos tomar nuestras propias decisiones con conocimiento de causa y no dejarlas en manos de expertos.

Los ordenadores superarán a los humanos en los próximos cien años. Cuando eso ocurra, tenemos que asegurarnos de que sus objetivos coincidan con los nuestros"

Por supuesto, hay que simplificar. La mayoría de la gente no tiene tiempo para dominar los detalles puramente matemáticos de la física teórica. Pero creo que todo el mundo puede, y debe, tener una idea general de cómo funciona el universo y de nuestro lugar en él. Esto es lo que he intentado transmitir en mis libros y en mis conferencias.

P. ¿Cree que se puede ser un buen científico y creer en Dios?

R. Utilizo la palabra "Dios" en un sentido impersonal, igual que hacía Einstein, para referirme a las leyes de la naturaleza.

P. Usted ha dicho que no hace falta Dios para explicar el Universo tal como es. ¿Piensa que algún día los seres humanos abandonarán la religión y a Dios?

R.  Las leyes de la ciencia bastan para explicar el origen del Universo. No es necesario invocar a Dios.

P. Muchas personas tienen que usar silla de ruedas a causa de enfermedades como la esclerosis lateral amiotrófica y muchas otras. A menudo se enfrentan a numerosas dificultades para llevar una vida normal. Por ejemplo, no pueden viajar en avión en sus propias sillas de ruedas [Hawking suele viajar en barco]. Puesto que usted mismo ha experimentado esas dificultades, ¿tiene algún mensaje para ellas sobre la vida y cómo vivirla?

R. A pesar de que he tenido la desgracia de sufrir una enfermedad de la neurona motora, he sido muy afortunado en prácticamente todo lo demás. Tuve la suerte de trabajar en física teórica, uno de los pocos campos en los que la discapacidad no era un obstáculo serio, y de que me tocase el gordo con la popularidad de mis libros. Mi consejo para otras personas con discapacidades sería que se concentrasen en cosas que su minusvalía no les impida hacer bien, y que no se lamenten por aquellas con las que interfiere.

He aprendido a no mirar demasiado adelante, a concentrarme en el presente. Aún hay muchas más cosas que quiero hacer"

Todo está en la mente. Tengo que admitir que, cuando no sigo el hilo de una conversación, suelo sumirme en reflexiones sobre física y agujeros negros. De hecho, en cierto modo mi discapacidad ha sido una ayuda. Me ha liberado de dar clases o participar en aburridos comités, y me ha dado más tiempo para pensar e investigar.

P. Muchos científicos de talla mundial, entre ellos 12 premios Nobel, participarán en Starmus 3 para mostrarle sus respetos. Va a ser un acontecimiento histórico. ¿Hay algo especial que quiera ver en Starmus 3?

R. Starmus 3 no trata solo de agujeros negros, campo en el que he realizado un trabajo importante, sino que también abarca la música y el arte. Starmus 3 es el lugar donde la ciencia seria se encuentra con un público más amplio; donde se celebran el pensamiento intelectual, los matices y la complejidad; donde se explora la forma en que trabajan los científicos y donde se fraguan nuevas ideas.

*Cortesia, y autoria de la nota: elpais.com

No hay comentarios.: