Los Cuarzos y sus Múltiples Aplicaciones, permiten avances en la cirugía laser y las telecomunicaciones.
Los cristales de cuarzo contribuyen al bienestar del ser humano pasando desapercibidos por la mayoría de la gente, que desconoce su aplicación a la cirugía microscópica con láser, electrónica, óptica, construcción, relojería y tecnología informática, entre otros usos, según Liz Simpson, autora del libro “Curación por los Cristales”.
“Cada tarjeta inteligente contiene un pequeño chip de silicio, poco más ancho que un papel, que permite almacenar todo tipo de información sobre el poseedor de la tarjeta, desde límites de crédito y transacciones financieras hasta datos sobre la salud,” explica la periodista Liz Simpson. “Los chips de silicio se emplean para recibir, almacenar, amplificar y transmitir información en ordenadores, tarjetas de crédito, y en los programadores de aparatos domésticos”.
Por tanto, las propiedades aislantes y conductoras de los cristales favorecen su aplicación al avance tecnológico. En la década de los 40, investigadores científicos descubrieron que añadiendo átomos de otras sustancias a un cristal de cuarzo se creaba un aparato de transmisión, que fue utilizado en la radio para ampliar sus señales eléctricas, las cuales al ser recibidas por un cristal piezoeléctrico crearon el sonido. El transmisor abrió las puertas a la telecomunicación moderna, pudiendo eliminarse los tubos en la radio mediante la invención de este aparato.
En los libros “Triología de los Cristales”, la reconocida terapeuta norteamericana Katrina Raphaell nos conduce al maravilloso mundo de los cuarzos, a través de un viaje donde comparte con los lectores su experiencia personal en cuanto al descubrimiento, conocimiento y asimilación de los múltiples beneficios de estos regalos de la naturaleza. A través de la lectura es posible reconocer cómo los cuarzos han ido puliendo su capacidad para asimilar sus enseñanzas para ponerlas al alcance de la mano de muchos interesados.
En toda la bibliografía relacionada con cuarzos, cabe destacar un espacio reservado a las culturas ancestrales más importantes de la historia de la humanidad, desde las reconocidas como la egipcia, como las cuestionadas civilizaciones perdidas: Mu, Lemuria y Atlántida, para las que la práctica de curación con cristales tuvo una función muy importante en muchas tradiciones médicas. Remontando a su uso en el antiguo Egipto, hoy en día se siguen utilizando los bisturís de obsidiana para la cirugía, cardiaca principalmente, por la demostración de su precisión en el corte.
Las civilizaciones orientales también fueron conocedoras de las propiedades místicas y espirituales de las piedras destacando entre ellas China y Tíbet, donde se usaban no sólo como amuletos o agentes curativos, sino como ayuda en el desarrollo espiritual. La antigua civilización china, produjo exquisitas tallas de jade y esmeralda. Las piedras rojas, como el rubí y el granate se usaban para curar enfermedades y ser medio de protección contra el fuego y el mal tiempo. Las piedras azules y violetas, como la turquesa y la amatista, se asociaban con la fe y la virtud. Las piedras amarillas, como el topacio, se usaban para atraer la felicidad y la prosperidad. Y las piedras verdes, como el jade y la esmeralda, las usaban para la fertilidad y la fuerza.
En la Edad media los alquimistas demostraron la dureza del diamante contribuyendo con sus investigaciones a la base de la química actual, en sus aplicaciones para la sanación. No se puede hablar de los cuarzos, sin recordar a los Mayas, Incas, y chamanes nativo americanos, que diagnosticaban y trataban enfermedades a través de los cuarzos. Enseñanzas aplicadas en nuestros días por terapeutas especializados que han recibido la herencia de su sabiduría por tradición oral, en algunas ocasiones.
En la actualidad los terapeutas de cristaloterapia especializados en cristales de cuarzo los utilizan para sanar poniéndolos encima de la piel de acorde a su correspondencia con cada chakra, según los Vedas Hindúes, para visualizar o para programar intenciones. Esto se conseguiría meditando con un cristal de cuarzo transparente de unos 10cm aproximadamente, o realizando una parrilla o mandala de Reiki, que los estudiantes del sistema Usui Tradicional aprenden en el Nivel tres, de los cuatro niveles de esta práctica de relajación de origen japonés, utilizando ocho cuarzos transparentes para enviar energía a sus intenciones, siendo recomendado pedir por lo que sea más conveniente para cada Ser, en lugar de para lo que desea en concreto la persona.
La tierra es madre, y como tal se fragmenta en cristales de cuarzo para dar a cada uno de sus hijos lo que más necesita para su salud física y mental. Los cristales son regalos gestados y paridos en sus entrañas a través de los siglos.
En su ADN cuentan con la herencia de la sabiduría ancestral del principio de los tiempos. Solo requieren respeto, cuidado, limpieza con agua con sal marina o jabón ph neutro y secado al sol o a la luna llena, entre otras técnicas de limpieza, ya que se cargan de todas las energías que nos sobran y nos entregan su pureza.
No por ser cristales más díficiles de encontrar, destacados en algunos libros de gemoterapia, son más especiales que los más comunes. En todas sus facetas, colores, texturas y lugar de origen, todos los cristales de cuarzo merecen nuestro reconocimiento. En la búsqueda de “lo estrambótico” se pierde muchas veces la belleza de la sencillez de lo que está a nuestro alcance…
Maria Cicuendez.
*Fuente, cortesia y autoria de la nota: mariacicuendezluna.blogspot.com
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