ESTADOS DE CONCIENCIA DEL SER Y EL DESPERTAR...
Existen cuatro estados de Conciencia posibles para el hombre: el Sueño, la Vigilia, la Auto-Conciencia y la Conciencia Objetiva.
Imaginad por un momento, querido lector, una casa con cuatro pisos, el pobre animal intelectual equivocadamente llamado hombre, vive normalmente en los dos pisos de abajo, pero jamás en la vida usa los dos pisos superiores.
El animal intelectual divide su vida dolorosa y miserable entre el sueño común y corriente y el mal llamado estado de vigilia, que es, por desgracia, otra forma de sueño.
Mientras el cuerpo físico duerme en la cama, el Ego envuelto en sus cuerpos lunares anda con la Conciencia dormida como un sonámbulo moviéndose libremente por la región molecular.
El Ego en la región molecular proyecta sus sueños y vive en ellos; no existe lógica alguna en sus sueños, continuidad, causas, efectos, todas las funciones psíquicas trabajan sin dirección alguna y aparecen y desaparecen imágenes subjetivas, escenas incoherentes, vagas, imprecisas, etc.
Cuando el Ego envuelto en sus cuerpos lunares regresa al cuerpo físico, viene entonces el segundo estado de Conciencia, llamado estado de vigilia, que en el fondo no es otra cosa sino otra forma de sueño.
Al regresar el Ego a su cuerpo físico, los sueños continúan en el interior, el llamado estado de vigilia es realmente el soñar despierto.
Al salir el sol, las estrellas se ocultan, pero no dejan de existir; así son los sueños en el estado de vigilia, ellos continúan secretamente, no dejan de existir.
Esto significa que el animal intelectual equivocadamente llamado hombre, sólo vive en el mundo de los sueños; con justa razón dijo el poeta que la vida es sueño.
El animal racional maneja carros soñando, trabaja en la oficina, en la fábrica, en el campo, etc., soñando, se enamora en sueños, se casa en sueños; rara, muy rara vez en la vida, está despierto, vive en un mundo de sueños y cree firmemente que está despierto.
Ante todo, es necesario comprender que se está dormido, sólo cuando alguien se da cuenta cabal de que está dormido, entra realmente en el camino del despertar.
Quien llega a despertar, se hace entonces auto-conciente, adquiere Conciencia de sí mismo.
Si todas las gentes tuvieran la Conciencia despierta, la tierra sería un paraíso, no habría guerras, no existiría lo mío ni lo tuyo, todo sería de todos, viviríamos en una edad de oro. Cuando uno despierta Conciencia, cuando se hace auto-consciente, cuando adquiere Conciencia de sí mismo, entonces es cuando realmente viene a conocer la Verdad sobre sí mismo.
Quien quiera despertar Conciencia debe trabajar aquí y ahora. Tenemos la Conciencia encarnada y por ello debemos trabajarla aquí y ahora, quien despierta Conciencia aquí en este mundo, despierta en todos los mundos.
Quien despierta Conciencia en este mundo tridimensional, despierta en las dimensiones cuarta, quinta, sexta y séptima. Los cuatro evangelios insisten en la necesidad de despertar, despertar aquí y ahora, pero las gentes no entienden.
Las gentes duermen profundamente, pero creen que están despiertas, cuando alguien acepta que está dormido, es señal clara de que ya comienza a despertar. Es muy difícil hacerle comprender a otras personas que tienen la Conciencia dormida, las gentes no aceptan jamás la tremenda verdad de que están dormidas.
Quien quiera despertar Conciencia debe practicar de momento en momento la "íntima recordación de sí mismo". Esto de estarse recordando a sí mismo de momento en momento es de hecho un trabajo intensivo. Basta un instante de olvido, para comenzar a soñar a lo lindo.
Necesitamos con urgencia estar vigilando todos nuestros pensamientos, sentimientos, deseos, emociones, hábitos, instintos, impulsos sexuales, etc.
Todo pensamiento, toda emoción, todo movimiento, todo acto instintivo, todo impulso sexual, deben ser auto-observados inmediatamente conforme van surgiendo en nuestra psiquis, cualquier descuido en la atención es suficiente como para caer en el sueño de la Conciencia.
Cuando uno aprende a vivir despierto, de momento deja de soñar aquí y en los mundos superiores. Es necesario saber que el Ego, "yo", en vuelto en sus cuerpos lunares, se sale del cuerpo físico cuando el cuerpo duerme, desgraciadamente el Ego vive dormido en los mundos superiores.
Dentro de los cuerpos lunares existe además del Ego, eso que se llama esencia, alma, fracción de alma, Conciencia. Es a esa Conciencia a la que debemos despertar aquí y ahora. Aquí en este mundo tenemos la Conciencia, aquí debemos despertarla si es de verdad que queremos dejar de soñar y vivir conscientes en los mundos superiores.
La persona consciente no tiene problemas de desdoblamiento, el problema de aprender a desdoblarse a voluntad es tan solo para los dormidos. La persona despierta ni siquiera se preocupa por aprender a desdoblarse, vive consciente en los mundos superiores mientras su cuerpo físico duerme en la cama.
La persona ya no sueña, durante el reposo del cuerpo vive en esas regiones donde la gente anda soñando, pero con la Conciencia despierta. La persona despierta está en contacto con la Logia Blanca, visita los templos de la Gran Fraternidad Universal Blanca, se entrevista con su Guru-Deva, mientras su cuerpo duerme.
La íntima recordación de sí mismo de momento en momento, desarrolla el sentido espacial y entonces hasta podemos ver los sueños de las gentes que andan por las calles.
El sentido espacial incluye en sí mismo vista, oído, olfato, gusto, tacto, etc. El sentido espacial es el funcionalismo de la Conciencia despierta.
INTIMA RECORDACION DE SI MISMO
Aun cuando parezca increíble, cuando el estudiante se observa a sí mismo, no se recuerda a sí mismo. Los aspirantes, fuera de toda duda, realmente no se sienten a sí mismos, no son conscientes de sí mismos. Parece algo inverosímil que cuando el aspirante gnóstico auto-observa su forma de reír, hablar caminar, etc., se olvide de sí mismo esto es increíble pero cierto.
Sin embargo, es indispensable tratar de recordarse a sí mismo, mientras se auto-observa, esto es fundamental para el despertar de la conciencia.
Auto-observarse, auto-conocerse sin olvidarse de sí mismo, es terriblemente difícil pero espantosamente urgente, para lograr el despertar de la conciencia.
Esto que estamos diciendo parece una tontería, las gentes ignoran que están dormidas, ignoran que no se recuerdan a sí mismas, ni aunque se miren a un espejo de cuerpo entero, ni aun cuando se auto-observan en detalle minuciosamente. Este olvido de sí mismo, esto de no recordarse a sí mismo es realmente la "causa causorum" de toda la ignorancia humana.
Cuando un hombre cualquiera llega a comprender profundamente que no puede recordarse a sí mismo, que no es consciente de sí mismo, está muy cerca del despertar de la Conciencia.
Estamos hablando de algo que hay que reflexionar profundamente. Esto que aquí estamos diciendo es muy importante y no se puede comprender si se lee mecánicamente.
Nuestros lectores deben reflexionar. La gente no es capaz de sentir su propio Ego mientras se auto-observa, de hacerlo pasar de un centro a otro, etc.
Observar la propia forma de hablar, reír, caminar, etc., etc., sin olvidarse de sí mismo, sintiendo ese Yo adentro, es muy difícil y sin embargo, básico, fundamental, para lograr el despertar de la Conciencia.
Es necesario disolver el "yo pluralizado", volverlo cenizas, pero tenemos que conocerlo, estudiarlo en los 49 departamentos subconscientes, simbolizados entre los gnósticos por los 49 demonios de Jaldabaoth. Si un doctor va a extirpar un tumor canceroso necesita primero conocerlo, si un hombre quiere disolver el "yo" necesita estudiarlo, hacerse consciente de él, conocerlo en los 49 departamentos subconscientes.
Durante la íntima recordación de sí mismo, en este tremendo super-esfuerzo por ser conscientes de su propio Yo, es claro que la atención se divide y aquí nuevamente a aquello de la división de la atención. Una parte de la atención se dirige como es apenas lógico, hacia el esfuerzo, la otra hacia el Ego o "yo pluralizado". La íntima recordación de sí mismo es algo que hay que analizar, asímismo, es un estado nuevo que sólo se conoce a través de la experiencia directa.
Todo ser humano ha tenido alguna vez esos momentos, estados de intima recordación de sí mismo, tal vez en un instante de infinito terror, tal vez en la niñez o en algún viaje cuando exclamamos: ¿Y qué hago yo aquí? ¿Por qué estoy yo aquí? La auto-observación de sí mismo acompañada en forma simultánea con la íntima recordación de su propio Yo, es terriblemente difícil y sin embargo indispensable para auto-conocerse de verdad.
El "yo pluralizado" resulta siempre haciendo lo contrario, durante la meditación él goza fornicando cuando tratamos de comprender la lujuria, él truena y relampaguea en cualquiera de los 49 departamentos subconscientes de Jaldabaoth cuando tratamos de comprender la ira, él codicia no ser codicioso cuando queremos reducir a polvo la codicia.
Intima recordación de sí mismo es darse cuenta cabal de todos esos procesos subconscientes del mí mismo, el Ego, el "yo pluralizado". Auto-observar nuestra forma de pensar, reír, hablar, caminar, comer, sentir, etc., sin olvidarse de sí mismo, de los íntimos procesos del Ego, de lo que está ocurriendo allá dentro en los 49 departamentos subconscientes de Jaldabaoth, resulta de verdad espantosamente difícil y sin embargo fundamental para el despertar de la Conciencia.
*Autor desconocido.
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