El 2013 se ha quedado en el pasado y ahora se nos presentan 364 días para vivir al máximo con todo lo que somos.
Los invito a que hagamos una pausa para encarar el nuevo año con fuerza, alegría y propósito.
Se terminaron las fiestas, los brindis y los abrazos, y ahora debemos pensar en todo lo bueno que esperamos del 2014. Estamos en el inicio de un nuevo ciclo. Iniciémoslo con positivismo, perdonando nuestros errores del pasado. Ahora es el momento de comenzar de nuevo, llenas de paz, confianza y armonía.
Nos estamos despidiendo y desprendiendo de un año que, a algunos, nos ha causado dolor por la pérdida de un ser amado. Su ausencia se ha hecho más presente durante estas fechas, pero debemos honrar su memoria atesorando el ejemplo de aquellos que partieron, su sonrisas, alegrías y el amor que compartimos con ellos. Los echamos mucho de menos, sí, pero es necesario mirar al mañana con esperanza, fortaleza y optimismo.
Levantémonos, también, de entre las cenizas del desengaño, del dolor o de la traición. Abramos nuestro corazón y alimentémonos de esa fuerza que mueve al mundo: la fuerza del amor. No del amor que te hace llorar una y otra vez, no del amor del hombre que no supo apreciarte y valorarte, o del que simplemente se fue. Sino del mero acto de amar la existencia, siendo que este está en lo que palpas con todos tus sentidos, en lo que haces, en lo que ves, en lo que expresas dia a dia… No te olvides de que Dios es amor y el se expresa a través de ti, de la bondad dentro de tu corazón, el se hace presente.
Ahora, nuestros sueños y proyectos que quedaron en suspenso deben ser renovados. No con desgano ni tristeza por no haberlos logrado, sino con esperanza y entusiasmo, con una renovada fe en Dios y confianza en nosotros mismos. Piensa en aquello que te hace especial, en tus metas y sueños mas preciados. En lo que te hace feliz, ¡y ve a por ello!
Vive el momento ¡Este momento te pertenece y el pasado ya se fue! Se feliz hoy y serás feliz todos los días. Levanta tus ojos hacia el cielo infinito y encuéntrate en la estrella más cercana, la más brillante y resplandeciente… y recuerda que no existen fronteras para el amor, la paz y la armonía.
Amigos/hermanos de esta gran familia de luz… Deseo que la paz, armonia y el amor invadan nuestros hogares. Levantemos nuestra copa y brindemos por los que están, por los que ya se fueron y por los que vendrán a nuestras vidas.
Mi deseo para todos ustedes
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