TRANSFORMA TU VIDA CON LA ORACIÓN DEL PERDÓN
Barbara Meneses, 30
enero, 2016
El Desafío del Perdón, una práctica de 40 días o… toda la
vida.
Una de las herramientas que siempre llevo conmigo como
poderosas píldoras de sanación son las oraciones. Hay algo muy especial en
ellas, una delicada fragancia que activa nuestro espíritu devocional al tiempo
que despierta en nosotros nuestra capacidad de entrar en comunión con la Fuente
y desde ahí permitir que obre el milagro en nuestras vidas.
Una de las oraciones que más he recitado y que mayor impacto
me han producido ha sido la Oración del Perdón que me transmitió personalmente
el sanador norteamericano afincado en Hawai, Howard Wills.
Howard lleva años transmitiendo ésta y otras oraciones a
quienes acuden a pedirle ayuda. Para él son la principal herramienta de
transformación personal. Ha visto muchos milagros operar en la vida de
infinidad de personas gracias a estas palabras que recibió en un momento de
iluminación espiritual.
Personalmente también he visto casos en los que esta oración
ha producido transformaciones maravillosas en las vidas de personas que estaban
atrapadas, en su dolor, por lo que les había sucedido. Casos de muertes por
asesinato, secuestro, situaciones difíciles de sanar, enquistadas en patrones
de odio, incomprensión, frustración.
Gracias a esta oración que os vamos a compartir en esta
entrada, muchas personas han disfrutado por primera vez de una Paz
inconmensurable que suavemente se ha ido instalando en sus corazones y en sus
vidas.
Esta oración del Perdón es como un refugio para corazones
heridos, para quienes están cansados de sufrir y no saben qué hacer. En
situaciones así en las que nos sentimos desconcertados sin saber qué hacer,
cómo actuar, cómo transformar una situación, siempre podemos recurrir a esta
hermosa oración que irá lavándonos de dentro hacia afuera en profundidad.
La oración del Perdón posee una energía especial que nos
ayuda. Cada palabra y cada repetición es importante para producir el resultado
que buscamos. Se trata de una oración en el que pedimos a la Fuente que nos
ayude a perdonar y a amarnos los unos a los otros. Parece una oración simple o
simplista pero a menudo, las prácticas más poderosas son las más sencillas, las
que apelan a lo más básico o primario de nosotros, pues es ahí, en los
cimientos de nuestra vida, de nuestras relaciones donde hemos de operar el
milagro de la transformación.
Cuando comencé a recitar esta oración sentí como si mi campo
energético estuviese conectado a Todo y a todos los seres vivos por invisibles
y pequeños o grandes filamentos, a modo de tubos energéticos. Todos estamos
conectados con todos de esta forma. La calidad de la energía que fluye por esos
filamentos que así nos conectan depende de nuestra historia personal con cada
una de esas personas o seres vivos, pues también estamos así conectados con
animales, plantas, planetas, la vida misma.
Al recitar esta oración del Perdón de forma periódica,
comenzamos a limpiar el contenido de esos filamentos que nos unen a los demás.
Así, la carga de karma, incomprensión, frustración, culpa, miedo, reproches,
odio que nos ha unido a veces fatídicamente a otras personas comienza a
liberarse suavemente gracias a la voluntad que expresamos a la Fuente de desear
perdonarnos los unos a los otros, amarnos los unos a los otros.
Me diréis que hay cosas que no pueden ser perdonadas, y si,
es cierto que cuando contemplamos una situación desde cierta perspectiva parece
como si no pudiéramos perdonar ni amar. Sin embargo, esta oración acepta
incluso que no podamos perdonar aquí y ahora y nos permite seguir lavando y
purificando nuestras conexiones aún cuando, en total honestidad, aún no estemos
listos para soltar plenamente una situación concreta. Honremos dónde estamos y
recitemos. Permitamos que la Fuente, Dios, La Luz Divina obren el milagro en
nosotros.
Os propongo que os suméis a esta práctica de 40 días que he
llamado el Desafío del Perdón, un proceso, a modo de sadhana espiritual para
transformar todas nuestras relaciones durante 40 días. Lo único que hemos de
hacer es recitar en voz alta 40 veces al día esta oración del Perdón durante 40
días consecutivos. Podemos recitar la oración 10 veces por la mañana, 10 en
otro momento y así hasta llegar a la noche habiendo recitado las 40 oraciones.
La oración es una de las más poderosas oraciones que he
encontrado para sanar patrones ancestrales presentes en nuestro linaje. Es
“mano de santo” y recitándola estaremos ayudando energéticamente a nuestro
linaje, nuestro árbol genealógico, liberando carga y toxicidad.
Cuando inicié esta práctica, sentí que todos esos filamentos
que me unen a las personas estaban limpiándose hasta que un día, caminando por
la calle, tomé conciencia de que todos y cada uno de esos filamentos estaban
limpios y que nada negativo me unía invisiblemente a las demás personas. Fue
una experiencia exquisita de liberación personal y que me permitía establecer
nuevas relaciones con las personas desde un nuevo espacio interior, desde lo
sanado, desde la paz.
Howard Wills siempre nos recomienda que respiremos en profundidad
para crear el espacio necesario en nosotros para realizar esta transformación y
si podemos hacerlo, nos invita a que recitemos frente al Sol, nuestro astro
rey, representante de la Luz Divina en esta pequeña parte de la Galaxia.
He aquí la oración:
(Puedes emplear la palabra “Dios” pero si no estás en
alineamiento con esa expresión, puedes reemplazarla por Luz Divina.)
“Dios, para mí, mi familia, nuestro linaje, toda la Humanidad,
la Tierra y todas las formas vivas, a través de todo tiempo, pasado, presente y
futuro. Por favor ayúdanos a perdonarnos los unos a los otros, a perdonarnos a
nosotros mismos, a perdonar a todas las personas y que todas las personas nos
perdonen. Por favor Dios, gracias Dios amén, gracias Dios amén.”
Llénanos con tu Amor, danos a todos la paz completa. Ayúdanos
a amarnos los unos a los otros, a amarnos a nosotros mismos, a estar en paz los
unos con los otros, a estar en paz con nosotros mismos, ahora y para siempre,
por favor Dios, gracias Dios amén, gracias Dios amén.”
(40 veces al día, 40 días seguidos, un ciclo completo. La
formulación de las palabras y sus repeticiones son importantes para cumplir el
mensaje de la oración: el perdón, el amor y la paz en todas nuestras
conexiones).
Para finalizar quisiera invitar a quien desee complementar este desafio sumando a ello la practica
del ho’oponopono como punto final, en lo personal siento que la hace aun mas ponderosa,
y es tan sencillo como terminar la oracion diciendo:
"LO SIENTO, PERDONAME, GRACIAS, TE AMO" (repite 3 veces),
y listo….
Bendiciones infinitas!!!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario