Seguidores

domingo, 14 de febrero de 2016

GOHONZON: UNA INTROSPECCION ESPIRITUAL


GOHONZON: UNA INTROSPECCION ESPIRITUAL, (NAM MYOHO RENGE KYO).

A veces, la palabra “buda” se relaciona con la imagen de una estatuilla de un hombre asiático que medita sentado. La percepción de una imagen abstracta como deidad religiosa es contradictoria a la práctica budista debido a que las figuras no son veneradas en el budismo como divinidades, sino que son representaciones simbólicas de las cualidades que poseen los budas y los bodhisattvas, cuyas condiciones vitales sublimes son una meta que aspiran conseguir sus practicantes. Se presume que tales figuras fueron elaboradas para ayudar a los devotos del budismo a comprender la dignidad inherente en sus vidas y a manifestar su máximo potencial en su accionar.

Una de las principales aspiraciones de los practicantes del budismo es la percepción de la condición de vida de la Budeidad en sus propias vidas, ejercicio que es denominado también como “observar la mente”. Sin embargo, debido a que tal introspección es sumamente difícil de lograr, los practicantes consagraron gran parte de sus vidas a la meditación a lo largo de la historia. Nichiren (1222-1282) contribuyó al budismo al establecer el Gohonzon, que refleja nítidamente el estado de Budeidad inherente a la vida y permite a las personas desarrollar la naturaleza de buda sin importar las circunstancias o la habilidad individuales.

El Gohonzon (literalmente significa “objeto de devoción”) es un pergamino escrito en chino y sánscrito. La elección de Nichiren de utilizar letras, en lugar de imágenes de personajes, refleja su compromiso de reflejar universalmente el significado y evitar connotaciones étnicas o de género. El Gohonzon contiene nombres de figuras que aparecen en el canon budista, los cuales simbolizan los diversos aspectos del potencial de la vida. En la parte inferior del centro del pergamino está inscrito en caracteres chinos “Nam-myoho-renge-kyo”.


Myoho-renge-kyo es la versión japonesa del título del Sutra del loto de Shakyamuni (en sánscrito, Saddharma-pundarika-sutra). Nichiren consideró al Myoho-renge-kyo como la Ley fundamental o principio fundamental del universo y de la vida, es decir la esencia de la Budeidad, gracias a la cual Shakyamuni logró la iluminación. Nichiren dijo que todas las virtudes y las prácticas logradas por el Buda estaban contenidas en los cinco caracteres del Myoho-renge-kyo.

Al incluir Nam-myoho-renge-kyo en la inscripción del Gohonzon, Nichiren manifestó su convicción de que el estado de la Budeidad no es un concepto abstracto sino que es algo que se manifiesta en la existencia y en el comportamiento en la vida real de los seres humanos.

Nichiren inscribió el Gohonzon para sus seguidores personales. Actualmente, los creyentes del budismo entronizan una transcripción impresa del Gohonzon en sus hogares. La práctica del budismo de Nichiren consiste en la entonación del Nam-myoho-renge-kyo ante el Gohonzon, con el objetivo de armonizar sus vidas con la naturaleza de buda que se refleja en él. El prefijo “nam”, que significa devoción, simboliza esta intensión.

En el budismo, el concepto de la vida es extremadamente abarcador y holístico, y no separa la vida humana con la del universo. Cuando las personas hacen surgir el poder de la sabiduría y la compasión mediante la oración, éstas logran orientar sus vidas hacia la misma dirección de la sabiduría cósmica y la misericordia creativa que se manifiesta en todo, desde la extraordinaria fusión de las moléculas, la impresionante evolución de las especies y el nacimiento de las galaxias. La fe en el potencial del ser humano, permite a las personas desarrollarse, avanzar y superar los obstáculos. El Gohonzon simboliza la creencia en el ilimitado potencial de la vida. Por ende, la práctica relativa al Gohonzon es una expresión de esta convicción.

"El Gohonzon, que funciona como un espejo, tiene un efecto doble: Refleja y ayuda a las personas a despertar la riqueza espiritual ilimitada e inherente a la vida, y ayuda a practicar la introspección para enfrentar la realidad de la vida, momento a momento."

La importancia del Gohonzon reside no en el significado literal de sus caracteres, sino en el hecho de que es la representación de la ley eterna e intrínseca de Nam-myoho-renge-kyo. La frase Nam-myoho-renge-kyo está escrita con enérgicos caracteres en el centro del pergamino.

Nichiren inscribió el Gohonzon con el propósito de ayudar a que cualquier persona, más allá de su género, raza o posición social, experimentara el mismo estado iluminado que él había logrado.
El Gohonzon es la representación del estado de Buda que existe dentro de cada ser humano. Sin embargo, para muchos, dicha condición permanece como un potencial no manifiesto; está latente, pero necesita ser “activado”. A través de la práctica diaria ante el Gohonzon, podemos revelar la naturaleza de Buda que reside en nuestro interior. El Gohonzon es, en cierto sentido, como una herramienta de ejercitación espiritual, pues solo mediante su uso, desarrollamos nuestra vida.

'NAM MYOHO RENGE KYO"






*Fuente, cortesia y autoria de la nota: Revista SGI Quarterly.

No hay comentarios.: