Comienza tu camino a la abundancia
Dios, los ángeles de la abundancia, los santos, la Virgen María… no importa cómo reces, te escucha la Divinidad en todas sus expresiones. Y cuando rezas para pedir que una o más áreas de tu vida florezcan, estás dando el primer paso hacia el estado de abundancia bajo la gracia de Dios.
Ese primer paso es pedir. Y para pedir, solo necesitas utilizar la oración.
Tienes varias alternativas: puedes usar oración de súplica, oración afirmativa o tu trabajo (oración en acción).
La oración de súplica es aquella en que le pides a Dios directamente lo que necesitas:
"Dios mío, necesito (di lo que necesitas) porque (di tus razones para necesitar lo que pides). Por favor, ayúdame a (repite lo que necesitas y su beneficio para el mundo). Gracias .
*Puedes añadir la oración para la vida milagrosa para concluir tu petición:
¿Te gustaría tener más milagros en tu vida? La venezolana Conny Méndez (1898-1979) enseñó a muchas personas a mejorar su vida por medio de una oración.
Lo más importante es que pidas lo que necesitas con mucha fe y seguridad de que Dios te quiere dar todo lo que necesites, siempre y cuando sea bueno para ti.
Di en voz alta o mentalmente la siguiente oración:
"Yo deseo [di lo que deseas]. En armonía con todo el mundo y de acuerdo a la voluntad divina. Bajo la gracia y de manera perfecta. Gracias, Padre, que ya me oíste."
Cada vez que recuerdes lo que pediste, da las gracias porque ya se te ha concedido. ¡Y no dudes ni un momento que así será!
La oración afirmativa es aquella en la que dices lo que deseas o necesitas como si ya fuera una realidad. Si tuvieras una enfermedad de la que necesitas sanarte o que quieres prevenir, puedes expresar tu oración así:
"Gracias Padre porque estoy sano."
La oración en acción es entregarte completamente eso que necesitas en tu vida. Ese tipo de oración para crear abundancia es muy efectiva cuando se trata de lograr un sueño o una misión de vida.
Cuando una persona dice "quiero escribir un libro", pero no se sienta a escribirlo, Dios no puede darle los instrumentos necesarios para completar el proyecto. Para recibir abundancia de creatividad, la persona tiene que empezar a escribir el libro y volverse el recipiente de la gracia divina.
Cuando alguien quiere cambiar el mundo pero se sienta a ver televisión todas las tardes en vez de utilizar esas horas para crear un proyecto y hacerle saber a Dios sus intenciones, no hay acción ni oración en su comportamiento. Para recibir la energía y los fondos para su proyecto, la persona debe trabajar en él, escribir sus ideas, abrirse a recibir la gracia divina mediante otras personas, artículos, mensajes y trabajos que surjan durante el proceso de poner sus intenciones en acción.
Si una persona quiere amor pero no lo ofrece, es posible que ni siquiera pueda reconocerlo cuando llegue o no esté capacitada para aceptarlo por no haber construido una práctica de amor. Para tener amor, hay que amar y expresarlo.
Si una persona quiere encontrar trabajo, sus oraciones deben reflejar su disponibilidad y su preparación mediante la acción voluntaria o intelectual.
Todo esto crea la oración más sincera que pueda ofrecer un ser humano porque la mente-ego no interfiere en el proceso infligiendo culpas o inseguridades.
La abundancia y la fe
Existen estudios científicos que demuestran que la oración es efectiva en la salud de las personas por quienes se ora. Pero esos mismos estudios demuestran también que cuando se ora sin fe, la oración pierde su efectividad.
Si no crees que orar pueda tener un efecto en tu futuro y en la manifestación de bienes materiales, ninguna oración será efectiva a menos que encuentres la manera de creer que tu petición será concedida. Pero, ¿cómo se adquiere la fe?
Una manera de construir tu fe es leyendo historias de milagros. Es posible que al principio sientas que quienes las cuentan mienten o solo quieren atención, pero con el tiempo tu mente comenzará a aceptar la posibilidad de que los milagros existen y de que tienes un papel importante en su creación. Eres tú quien los pide. Eres quien inicia el contacto con Dios para poner en acción su gracia divina por medio de tu libre albedrío.
Otra acción importante es la observación de tu propia vida. ¿En qué momentos has tenido "buena suerte"? ¿Qué lograste en esos momentos? ¿Cómo te sentiste? La armonía de ciertos momentos de tu vida te puede enseñar a reconocer y sen el estado de gracia que necesitas para recibir los milagros que necesitas. Los milagros de abundancia ocurren en esos momentos en que sabes con todo tu ser que tienes todo lo que necesitas para ser feliz. Si te falta dinero, tienes que saber en todo tu ser que si lo pides llegará de una u otra manera.
Solo recuerda…
Dios solo quiere para ti lo mejor, lo abundante, lo que te ayude a cumplir tu misión en la Tierra. Tú decides si aceptas su abundancia o no. Tú decides cuándo pedirla. Y solo tienes que pedir, con fe, con acción y con una visión clara para recibir todo aquello que necesites para apoyarte en tu camino hacia el bien.
*Fuente, autoria y cortesia de la nota: Tanya Torres de angelesymilagros.about.com
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