Cuando mires a los ojos a otra persona, a cualquiera, y veas
tu propia alma reflejada, entonces sabrás que has alcanzado otro nivel de
conciencia. En este sentido la reencarnación no existe, porque todas la vidas y
todas las experiencias son simultáneas. Pero en el mundo tridimensional, la
reencarnación es tan real como el tiempo. Es una energía como cualquier otra y
su realidad depende de la energía de quien la percibe. Mientras una persona
perciba los cuerpos físicos y los objetos materiales, la reencarnación será
real para ella. Lo que creéis que es la realidad es una ilusión y viceversa. La
realidad es el reconocimiento de vuestra inmortalidad, divinidad y eternidad.
La ilusión es vuestro mundo tridimensional y transitorio.
No siempre nos uniremos al alma gemela más vinculada a
nuestro ser. Tal vez haya más de una para cada persona, puesto que las familias
de almas viajan juntas. Es posible que decidamos casarnos con un alma gemela menos
ligada a nosotros que otra, alguna que tenga algo específico que enseñarnos o
algo que aprender de nosotros. Podemos reconocer un alma gemela a una edad
avanzada, cuando ya hemos adquirido compromisos familiares. También puede
ocurrir que nuestro padre, nuestra madre, un hijo o un pariente cercano
encarnen el alma gemela con quien más estrechamente estamos unidos. O quizá
nuestra relación mas fuerte sea con un alma gemela que no se ha encarnado en el
transcurso de nuestra vida y que está velando por nosotros desde el otro lado
como un ángel de la guarda.
A veces nuestra alma gemela esta deseosa de encontrarnos y
disponible. Es posible que él o ella se percate de la pasión y la atracción que
existe entre ambos, de los lazos íntimos y sutiles que indican que nos hemos
relacionado en diferentes vidas pasadas. Sin embargo, esto puede resultarnos
perjudicial. Depende de la evolución del alma.
Si una de las dos almas está menos desarrollada y es más
ignorante que la otra, la violencia, la codicia, los celos, el odio y el miedo
pueden enturbiar la relación. Tales sentimientos son nocivos hasta para el alma
más evolucionada, aunque se trate de un alma gemela. Es habitual que
fantaseemos con idas como: “yo puedo cambiarle” o “puedo ayudarle a crecer”. Si
la otra persona no deja que la ayudemos, si ha decidido que no quiere aprender
ni evolucionar, la relación esta condenada al fracaso.
Tal vez surja otra oportunidad en otra vida; a no ser que la
persona en cuestión tome conciencia más adelante. A veces se producen estos
despertares tardíos.
En algunos casos las almas gemelas deciden no casarse
mientras están encarnadas. Se las componen para encontrarse, permanecen juntas
hasta que cumplen el pacto acordado y después siguen su camino. Sus intereses y
los planes que tienen para el resto de su vida son diferentes y no quieren ni
necesitan pasar una vida entera juntas. Esto no es una tragedia, sino una
simple cuestión de aprendizaje: tienen por delante una vida eterna juntas, pero
a veces es posible que necesiten tomar unas clases por separado.
La imagen del alma gemela disponible pero “adormecida” es
patética y puede causarnos una terrible angustia. Adormecida significa que no
ve la vida con claridad y que no es consciente de las distintas dimensiones de
la existencia, que no sabe nada de las almas. Normalmente son las interferencia
cotidianas de la mente las que nos impiden despertar. La persona reconoce la atracción. No hay duda
de que la atracción existe, pero su origen no se comprende. Crees que esta
pasión, este reconocimiento y esta atracción volverá a producirse con otra
persona es engañarse. No nos topamos con almas gemelas de este tipo todos los
días, quizá solo con una o dos más en toda una vida. La gracia divina puede
recompensar a un buen corazón, a un alma llena de amor.
Encontrar a nuestras almas gemelas no debe convertirse en
motivo de preocupación. Tales encuentros están a merced del destino y sin lugar
a dudas se producen. Después del encuentro, prevalece el libre albedrío de
ambas personas. Las decisiones que se toman y las que se descartan quedan en
manos de su voluntad, de su propia elección. El alma mas adormecida tomara
decisiones basándose en la mente y en todos sus miedos y prejuicios.
Desgraciadamente esto suele provocar mucha angustia. Cuando más despierta sea la pareja más
posibilidades habrá de que tome una decisión basada en el amor y si los dos
miembros de una pareja están despiertos, el éxtasis se hallará al alcance de
sus manos.
Brian Weiss…
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