DISOLVIENDO EL MIEDO AL DINERO:
Hay dos pensamientos que bloquean el flujo del dinero:
- El miedo a la carencia. El sentir que no estamos preparados para recibir mucho dinero.
- El miedo actúa como escudo, rechaza todas las oportunidades que se nos presentan.
Cuando concentramos nuestra atención en algo, este algo crece. Por lo tanto, si concentramos nuestra atención en nuestras deudas y nuestra carencia, entonces seguirán creciendo. Es mejor cambiar nuestra actitud, y no detener lo que tanto deseamos.
Las creencias que hemos aprendido, con frecuencia en los primeros años de vida, puede contribuir a los patrones negativos y temerosos que nos inhiben. Podemos tener miedo de no tener dinero suficiente y también temer a tener más dinero del que sabemos manejar.
Es posible que no confiemos en nosotros mismos para manejar el dinero, porque nuestros padres no confiaron en ellos mismos con sus recursos materiales y por lo tanto no nos enseñaron a sentimos cómodos, alegres y trabajadores con el dinero a nuestra disposición.
También podemos estar convencidos, que el dinero es un producto escaso que tememos utilizar en caso de que experimentemos periodos de carencia y escasez.
Cualquiera que sea nuestro temor, su energía puede bloquear el flujo de la prosperidad tan indiscutiblemente como un corazón endurecido, temeroso de que lo hieran, bloquea el flujo del amor. El temor actúa como un escudo denso o una armadura para protegemos de las cosas que más deseamos, necesitamos o anhelamos.
Cuando dejamos que nos gobierne nuestro miedo al dinero, nos volvemos como un animal hambriento que está demasiado traumatizado para comerse la comida que necesita para vivir. Con la gracia de los Ángeles nuestros temores pueden disolverse o transformarse en energía que nos motivará positivamente para crear y disfrutar lo que más deseamos.
Pide a tus ángeles que te ayuden a disolver el miedo al dinero y los reemplacen por confianza y seguridad.
Cuando recibas tus cuentas y cuando las pagues, bendícelas con amor y pídeles a los Ángeles que te bendigan con una prosperidad continua. Encontrarás un acceso mucho más productivo.
Cuando se pide ayuda, los Ángeles disfrutan disolviendo nuestros temores y ayudándonos a estar disponibles para la prosperidad.
Estés o no consciente de tus temores subyacentes, pídele regularmente a los Ángeles que los disuelvan y los reemplacen por confianza y seguridad. Puedes imaginar tus miedos como si fueran una armadura incómoda que estás usando e imagina a tus Ángeles disolviéndola con luz dorada para que tengas la libertad de ser creativo, expresivo y próspero.
La luz dorada se queda contigo para darte una protección verdadera de cualquier cosa que no te sirva, mientras te vuelve un imán de la prosperidad divina. Puedes escoger escribir tus temores de vez en cuando, antes de ofrecérselos a los Ángeles afirmando tus verdaderas necesidades y deseos por satisfacer.
Cuando hagas esto, dedica un tiempo para anotar cualquier percepción que recibas y después destruye tu lista de temores rompiéndola o quemándola, tomando tus precauciones. Tiene mucho valor reconocer y expresar tus temores pero no morar en ellos.
Puedes dirigirte a los Ángeles regularmente de esta manera:
“Gracias por disolver mis temores y por ayudarme a crear nuevos
patrones de bienestar y de prosperidad. ”
Decreta:
“Mi billetera se llena de dinero.
El dinero es bueno. Tener mucho dinero es fantástico.
Con dinero puedo ayudar a muchas personas.
Mucho dinero significa tener libertad.
Para mí es real, fácil y divertido hacer dinero.
Hacer grandes cantidades de dinero es fácil para mí.
Hago dinero con mucha facilidad.
Soy un imán para el dinero.
Siempre tengo más dinero del que necesito.
Amo hacer dinero. Disfruto aprendiendo a hacer dinero.
Disfruto aprendiendo cómo manejar mi dinero.
Disfruto ahorrando dinero.
Amo aprender cómo invertir mi dinero.
Hacer mucho dinero es algo que se siente muy, muy bien.
Hacer mucho dinero es una prioridad en mi vida.
Hacer mucho dinero es mi destino.”♥
*Repítelo diariamente, como mínimo una vez al levantarte y otra antes de acostarte. Por 21 dias consecutivos.
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