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viernes, 11 de octubre de 2013

LAS 7 RAZAS Y LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD



LAS 7 RAZAS:

La Humanidad evoluciono a través de siete inmensos periodos de la Tierra llamados rondas. En la primera ronda, los hombres existen en forma etérea e inconsciente, con todos sus siete principios incluidos en ellos, pero todavía en estado de germen.

Estos principios los van a ir desarrollando en el transcurso de las siguientes rondas, para alcanzar en la séptima ronda un estado de desarrollo, conciencia y plenitud total en donde se habrán convertido en seres divinos, en hombres-dioses. Actualmente nos encontramos en la cuarta ronda. En cada una de esas rondas, la humanidad va a desarrollarse en el planeta Tierra, a través de siete grandes periodos conocidos como Razas Raíces.

MATERIALIZACIÓN – ESPIRITUALIZACIÓN

Así como en el transcurso de las siete rondas, en la primera mitad hay un proceso densificación, en donde el planeta va materializándose cada vez más. Y en la segunda mitad hay un proceso de sublimación, en donde el planeta va de nuevo espiritualizándose.Lo mismo pasa con la Humanidad pero en forma escalonada, con materializaciones y espiritualizaciones intermitentes en cada ronda.


RONDAS Y NIRVANA


El grafico de arriba no es del todo exacto. Al principio pensaba que la humanidad surgía de nirvana al inicio de la primera ronda (en un estado embrionario), para entamar su desarrollo evolutivo a través de un primer proceso de materialización hasta la mitad de la cuarta ronda, y ahí entamar el proceso inverso de espiritualización, alcanzando su desarrollo máximo como “hombres-dioses” en la séptima ronda, y al final de esta, la humanidad en conjunto entraba de nuevo en nirvana, mientras que la vida dejaba definitivamente al planeta. Por así decirlo el planeta “moría” (plalaya planetario).


Esto es correcto, pero ahora que he estudiado más profundamente la Teosofía, he descubierto que este proceso de materialización-espiritualización se repite al interior de cada ronda.

« La humanidad procede de lo inmanifestado, pasa por una fase descendente de manifestación, alcanza el grado máximo de materialidad [que puede en esa ronda] a la mitad de la cuarta Raza-Raíz, volviendo después hacia el Espíritu. Esto es lo que se ha enunciado como proceso de involución-evolución. »

(Principios axiomas y doctrinas de la filosofía esotérica, Blavatsky Editorial, p205).


La primera raza raíz al comienzo es sumamente sutil. Paulatinamente va densificándose y el proceso continúa con las siguientes razas raíces hasta llegar a la mitad de la cuarta raza raíz, en donde el proceso se invierte, hasta que al final de cada ronda, la humanidad entra en un “nirvana parcial” mientras que el planeta entra en un periodo de reposo (pralaya parcial planetario).

Es como si la humanidad fuera un buceador que no puede hacer todo su trabajo de evolución en una sola sumergida, entonces lo hace en varías, y más precisamente en siete, correspondiendo a las siete rondas. En las cuatro primeras, logra sumergirse cada vez más profundo en la materia, mientras que en las tres últimas entama el recorrido inverso.


COMPOSICIÓN DE LAS RAZAS RAÍCES

Sobre el tema Blavatsky dice:

« Cada raza raíz está constituida de siete sub-razas.

Cada sub-raza tiene a su vez, siete ramificaciones que pueden ser llamadas Ramas o razas “familia”.

Las pequeñas tribus, retoños y ramificaciones de estos últimos son incontables y dependen de la acción del karma. Examina el “árbol genealógico” adjunto (abajo) y así comprenderás. La ilustración es puramente diagramática y solo pretende asistir al lector en la obtención de una comprensión somera del tema entre la confusión que existe entre los términos que han sido usados en diferentes momentos para la división de la Humanidad. . . . Solo conduciría a una confusión desesperante cualquier intento que se hiciese por dar fechas precisas a unos pocos; ya que las razas, sub-razas, etc., etc., hasta sus más pequeñas ramificaciones, se traslapan y están enredadas unas con otras hasta que es casi imposible separarlas.

La raza humana ha sido comparada a un árbol, y esto sirve admirablemente como una ilustración.


El tronco principal del árbol podría ser comparado con la raza raíz. Sus siete grandes ramas con las diferentes sub-razas.
Después de esto la planta del cactus es una mejor ilustración. En cada rama hay siete “hojas” carnosas que podrían ser comparadas con las razas familia.

Cada hoja carnosa está cubierta de afiladas espinas, cada una de las cuales puede ser comparada con una nación o tribu de los seres humanos. » (Doctrina Secreta ll, pg 434, online en inglés aquí)


Como pueden constatar el termino RAZA en la teosofía tiene otro sentido que la connotación etimológica que usualmente se le da. Corresponde más bien a etapas de desarrollo evolutivo de toda la Humanidad. Y por evolución no me refiero solamente al aspecto físico que caracteriza a las razas étnicas, sino a una evolución cósmica que implica desarrollo del emocional, del mental, de la conciencia, de la espiritualidad, del manejo de los chakras y la kundalini, etc.

Cuando la teosofía habla de sub-razas NO es en un sentido racista que se traten de razas “inferiores”, sino que son los componentes de las razas-raíces. Las razas étnicas (razas familias) siendo los componentes de las sub-razas.

Se ha manipulado mucho estos términos para hacer creer que la teosofía apoya el racismo, pero cuando estudian la teosofía original se dan cuenta que al contrario, la teosofía refuta por completo el racismo.
(Lo detallo en ¿Son Blavatsky y la teosofía racistas?)

¡No puedes querer lastimar a otros humanos, a los animales o a la naturaleza, cuando sabes que en esencia TODOS estamos UNIDOS y que lo que haces al otro por la ley del karma se te regresa!

Hubiera sido mejor que emplearan otra palabra para evitar esas manipulaciones. Una posible sugestión:

En cada ronda la humanidad evoluciona en el planeta Tierra a través de siete grandes periodos de desarrollo (las siete razas raíces representadas por siete árboles genealógicos "A").

Cada uno de estos grandes periodos de desarrollo está a su vez compuesto por grandes civilizaciones humanas (las sub-razas representadas por las siete ramas de los árboles genealógicos "B").

Estos conjuntos de civilizaciones humanas a su vez están compuestos por razas étnicas (las razas familias representadas por las siete hojas carnosas de cada rama “C”) Y esas razas étnicas están organizadas en naciones y tribus (las espinas).


RELEVO ENTRE RAZAS

La gente suele pensar que las nuevas razas raíces y sub-razas comienzan justo cuando termina su predecesora. Pero en realidad se entrelazan, las nuevas razas raíces y sub-razas comienzan a desarrollarse cuando su predecesora todavía se encuentra en su brillante gloria.


Es así que aún en nuestros días están “los aborígenes que [se encuentran actualmente en la última parte de su ciclo y que] en su nacionalidad pura pertenecen completamente a la rama más elevada y última de la cuarta raza raíz, que alcanzó su más alta civilización cuando la quinta raza raíz apenas había aparecido en Asia y su primera descendencia era todavía una cosa del futuro.” (CM23B, p154)
“La sub-raza antecesora desaparece, se extingue por lo general cuando la nueva alcanza su mayoría de edad” (CM23B, p150)

Tampoco hay que pensar que las nuevas razas raíces y sub-razas están constituidas por nuevas almas, sino comprender que son las mismas almas humanas, pero en nuevas etapas de desarrollo. Las razas siendo la parte manifestada, el instrumento colectivo para ese desarrollo. En otras palabras nosotros (como egos reencarnantes) fuimos la antigua raza atlante, y anteriormente la aún más antigua raza lemuria, etc.

« No existe realmente tal cosa que una futura “venida” de razas. No hay ni LLEGADA, ni DESAPARICIÓN, sino un eterno DEVENIR. La cuarta Raza Raíz aún está viva. Asimismo que la Tercera, la Segunda y la Primera, con esto quiero decir que sus manifestaciones están presentes en nuestro plano actual de substancia. [Cada nueva raza está formada y es el resultado de las razas anteriores.] »
(Blavatsky, Notas Bowen)


LAS SIETE RAZAS RAÍCES DE LA CUARTA RONDA

La Primera Raza Raíz conocida como los “Nacidos por sí mismos”.
La Segunda Raza Raíz conocida como los “Nacidos del sudor” y los “Sin huesos”.
La Tercera Raza Raíz conocida como la “Raza Lemuria”.
La Cuarta Raza Raíz conocida como la “Raza Atlante”.
La Quinta Raza Raíz es la actual.
La Sexta Raza Raíz.
La Séptima Raza raíz.





La ANTROPOGENESIS enseña que cualquier mundo del espacio infinito, tarde o temprano se convierte en el escenario de siete razas humanas. En hora-buena sabemos que en este malhadado mundo de tanto infortunio, somos nosotros precisamente, la quinta generación.

Es ostensible que la luna fue en otros tiempos la morada de los selenitas. No resulta difícil comprender que en la corteza lunar evolucionaron e involucionaron siete razas humanas. De acuerdo con la sabia ley de la Recurrencia que se procesa siempre en todos los mundos, es obvio que la primera raza selenita humana fue una generación gigante.

"Basados en esa citada ley podemos comprender sin mucha dificultad, que las últimas familias de Selene fueron liliputienses, demasiado pequeñas de estatura. Es incuestionable el regreso involucionante de la humanidad selenita hasta el estado germinal elemental primitivo. El reposo de los gérmenes elementales durante el gran Pralaya, es de hecho un axioma de la Sabiduría antigua."

- Mensaje de Navidad 1969-1970 -

"Todo planeta da siete razas; nuestra Tierra ya dio cinco, faltan dos. Después de las siete razas nuestra Tierra, transformada por grandes cataclismos, se convertirá, a través de millones de años, en una nueva luna. Nosotros, los arios, somos la quinta raza. Nuestra actual raza terminará con un gran cataclismo. La sexta raza vivirá en una Tierra transformada y la séptima será la última. Después de estas siete razas, la Tierra se convertirá en una nueva luna.

- Magia Crística Azteca -

Todo planeta tiene siete razas y sietes sub-razas. Nuestro Planeta Tierra ya dió cinco razas, faltan dos. Después de las siete razas y ya transformada por los cataclismos, se convertirá la tierra a través de millones de años, en una nueva luna. Toda la vida involucionante y evolucionante vino de la Luna. Cuando la gran vida abandonó la Luna, esta murió se convirtió en desierto. En la Luna también existieron siete razas y cada una con sus sub-razas.

Los Aztecas dicen que los hombres de la primara Raza fueron gigantes extraordinarios de color negro, muy civilizada. Una Raza andrógina, asexual, semi-física, semi-etérica. Los individuos podían reducir el tamaño al de una persona normal de la actual Raza Aria. Los rituales y sabiduría fueron portentosos. La barbarie no existía en aquella época. Esta raza fue devorada por los tigres de la sabiduría.

El Regente de esta Raza fue el Dios Tescatlipoca. Cada individuo era un Maestro de Sabiduría. La reproducción se realizaba por el acto fisíparo, el cual es similar al sistema de reproducción de las células orgánicas mediante el proceso de división celular. As el organismo Padre-Madre, se dividía en dos. El hijo andrógino seguía sosteniéndose por un tiempo del Padre-Madre.

La Primera Raza: vivió en la Isla Sagrada situada en el casquete Polar Norte. Todavía existe dicha isla pero en estado de Jinas dentro de la cuarta vertical. Fue la Polar.

La Segunda Raza: fue gobernada por Quetzalcoaltl. La Segunda Raza se degeneró y se convirtió en monos, antepasados de los monos actuales. Se reproducían por el proceso de brotación, tan común en los vegetales. Del tronco brotan muchas ramas. Fueron los Hiperbóreos arrasados por fuertes huracanes.

La Tercera Raza: fue la Raza Lemur, que habitó lo que es el Océano Pacifico y perecieron arrasados por el sol de lluvia de fuego (volcanes y terremotos). Esa Raza estuvo gobernada por el Dios Azteca Tlaloc. La reproducción era por gemación. La Lemuria fue un Continente extenso. Los lemures que se degeneraron tuvieron después rostros semejantes a pájaros. Por esto los salvajes, recordaron la tradición adornaban con plumas sus cabezas.

La Cuarta Raza: fueron los Atlantes. Estuvo gobernada por el Dios Azteca Atonatiuh. Terminó con una gran inundación. Las tribus colombinas de América son descendientes es de esta raza, también los primitivos y los egipcios, etc.

La Quinta Raza: Es la Aria. Somos nosotros. Terminará con un gran cataclismos. Está perfectamente descrita en el Ahau Katun, que es el décimo tercer Katún de los Mayas, esto dice textualmente el libro de los libros, el Chilam Balam, la palabra sagrada del pueblo maya.

La Sexta Raza: Será la Koradi, saldrá después del cataclismo de la quinta razas, vivirá en un tierra transformada.

La Séptima Raza: Será la última, la Liliputiense.

Necesario es hablar de las siete Rondas Planetarias. Después de estas sietes razas, la tierra se convertirá en una nueva luna. En la primera ronda, nuestra tierra fue creada con materia del plano mental. La segunda ronda, nuestra tierra se condensó en forma astral y en la actual ronda, la tierra cristalizó en forma física y química.

Es urgente saber que la Tierra físico-química evoluciona bajo las leyes del karma planetario. La futura quinta ronda se desarrollará en el mundo etérico. La sexta ronda en el mundo astral y la séptima ronda en el mundo mental. Después vendrá la gran noche Cósmica.

En la primera ronda las evoluciones fueron muy pobres, lo mismo que en la segunda y la tercera. El fuego dio muy pocos rendimientos en esos tres precedentes rondas planetarias. El resultado lo tenemos a la vista en esta cuarta ronda en que vivimos. Es espantoso el hombre luciférico de esta cuarta ronda.

El fuego planetario poco desarrollado y sobrecargado de karma planetario por los pobres rendimientos de las rondas precedentes, ha producido en nuestro mundo físico una evolución lenta, pesada, terrible. Las otras tres rondas darán poco rendimiento debido al karma planetario.

Los Dioses de la Naturaleza han trabajado muchísimo para crear seres auto-conscientes. Los Dioses han tenido que hacer difíciles experimentos en los laboratorios de la Naturaleza. Empero, es bueno saber, que la lucha de los Dioses por crear al Hombre, no ha terminado. Todavía el ser humano tiene que desechar mucho que estará en los jardines zoológicos del futuro.

Aquellos que sostienen que el hombre vienen del mono, está totalmente equivocados. Realmente es el mono quien viene del hombre. La transformación de las especies y las evoluciones darwinistas son falsas!!!. Nadie ha visto nacer una nueva especie. Realmente todas las especies vivientes, salvo excepciones de algunas pocas, son desechos vivientes del reino humano.

El hombre actual desciende de los gigantes antediluvianos, como anteriormente explicamos. Toda raza tiene siete sub-razas. La semilla de nuestra raza aria, es nórdica, pero al mezclarse con los sobrevivientes atlantes, dio origen a la sub-raza del tronco ario.

Primera sub-raza. Floreció en el Asia Central, en aquellos reinos desaparecidos del Asia Central y cuya ruinas todavía existen en los himalayas; alrededor del País del Tíbet, existieron las poderosas civilizaciones espirituales de la primera Sub-raza aria.

Segunda sub-raza. Apareció en la India y en todo el sur del Asia. En Perlandia, la tierra sagrada de los Vedas, en el viejo indostán, existieron formidables culturas esotéricas y tremendas civilizaciones. Allí se desenvolvió la segunda sub-raza aria.

Tercera sub-raza. Creó poderosas civilizaciones: Babilonia, Caldea, Egipto, etc. Fueron escenario de muy ricas y poderosas civilizaciones creadas por la tercera sub-raza aria.

Cuarta sub-raza. Se desarrolló en Roma, Grecia, Italia, Atenas, Roma antes de su degeneración y destrucción fue escenario Maravilloso donde se desarrollaron las poderosas civilizaciones de la cuarta sub-raza.

Quinta sub-raza. Es la anglo-sajona y teutona. La primera y segunda guerra mundial con toda su barbarie y corrupción moral señala con su dedo acusador a los hombres y mujeres de la quinta sub-raza.

Sexta sub-raza. Resulta de la mezcla de los conquistadores españoles de la sexta sub-raza en el territorio piel roja. Fue muy difícil por los conquistadores ingleses, los asesinaron. Solo un insignificante grupo de indios se mezclaron dando origen a un crisol de fundición de razas. Se formó en América latina, en especial en Argentina.

Séptima sub-raza. Todavía no existe, pero está formada por los sobrevivientes del nuevo gran cataclismo...


"Hay que salvar la Tierra para que se puedan completar las Siete Razas. Hay que sacrificar el planeta con el holocausto del Fuego, el banquete del Agua y la lucha de los Elementos, todo esto de acuerdo a la Ley. El Evangelio según la Ley, es el Evangelio de San Lucas."

- Exaltación del espíritu misional -

"La Tierra actual, por ejemplo, está completamente marchando de acuerdo con la Ley de la Entropía y si no hay un gran Sacrificio, quedará igualada el día de mañana, convertida en una Luna más; pero como no se ha terminado el programa (cada planeta tiene que tener sus Siete Razas, antes de convertirse en Luna), pues hay que hacer un gran Sacrificio."

- Enseñanzas dialécticas trascendentales -


Razas Humanas:

Son en número de siete, y están íntimamente relacionadas con la doctrina de la Cadena planetaria. Admitida la séptuple naturaleza del hombre, cada uno de sus principales guarda relación con un plano, un planeta y una raza. Las Razas humanas nacen la una de la otra, crecen, se desarrollan, envejecen y mueren. Las subrazas siguen la misma regla.

Cada Raza-madre, con sus correspondientes subrazas e innumerables subdivisiones en familias y tribus, es enteramente distinta de la Raza que la precede y de la que le sigue. Cada una de las siete Razas, así como la más mínima división de ellas, se divide en cuatro edades: de oro, de plata, de bronce y de hierro.

De las siete Razas, cinco han aparecido ya y han completado casi su cadena terrestre; y otras dos tienen que aparecer todavía en esta Ronda.

Nuestra quinta Raza-madre existe ya como Raza sui géneris y por completo independiente de su tronco-padre, desde hace un millón de años; de lo cual puede inferirse que cada una de sus cuatro subrazas precedentes ha vivido unos 210.000 años; así, cada raza-familia tiene un promedio de existencia de unos 30.000 años; y así también la raza-familia europea tiene aun bastante miles de años de vida, aun cuando las naciones, o sean las innumerables espinas que hay en ella, varían con cada "estación" sucesiva de tres o cuatro mil años. (Doctr. Secr., II, 453, 454).

La quinta Raza (la aria) es la que actualmente sigue su curso en nuestro globo, coexistiendo con una gran parte de la cuarta Raza (constituída por los tártaros, chinos y mongoles), y con algunos restos de la tercera (aborígenes de la Australia y hotentotes). -El curso de las Razas humanas corresponde a los grandes períodos de involución o descenso, de equilibrio y de evolución o ascenso. (Véase: Cadena planetaria).

En el período de involución, o descenso, se desarrollaron las tres primeras Razas; en el de equilibrio se desenvolvió la cuarta Raza, y el período de evolución o ascenso corresponde a las Razas quinta, sexta y séptima. (Doctr. Secr., passim).





Primera Raza

- Apareció bajo la protección del Sol (o más bien de Urano, que místicamente lo representa). Por residir la conciencia en el plano âtmico, estas formas fueron denominadas Raza de los Dioses, hijos del Yoga, (pues los Pitris emanaron sus sombras (chhâyâs) mientras se hallaban entregados a la meditación), y nacidos de sí mismos, por no haberlos procreado padres humanos.

Son formas enormes, filamentosas, proteicas y etéreas, bhûtas sin sexo, exudadas de los etéreos cuerpos de sus progenitores. Podían estos seres estar parados, andar, correr, volar; sin embargo, no eran más que un chhâyâ, una sombra insensible, dotada sólo de un oído rudimentario y de una vaga conciencia del fuego.

Esta Raza se reproducía por escisión o brote; el individuo crecía, aumentaba en tamaño, y entonces se dividía en dos mitades iguales, al principio, y en sus últimas etapas en porciones desiguales, de las que dimanaban seres más pequeños, que a su vez crecían y daban origen a nueva prole. En esta primera Raza no hubo ninguna primera subraza definida, si bien podemos indicar siete etapas de desarrollo o cambios evolucionarios. Ninguno de estos seres podía morir, "ni el fuego ni el agua podían destruirlos". El fuego era su elemento.

Esta Raza residía en la primera tierra firme que apareció en el globo, el pico del Monte Merú, el extremo del polo Norte, el comienzo de la imperecedera Tierra Sagrada, la tierra de los devas, llamada también Zvetadvîpa, la Isla Blanca o Tierra central, cuyo clima era como el de una deliciosa primavera.

Esta tierra ha de ser sucesivamente la cuna de cada Raza humana bajo el Imperio de Dhruva, el Señor de la Estrella Polar, cualquiera que sea el punto adonde haya de dirigirse después de su nacimiento.


Segunda Raza
- Nació bajo la influencia del planeta Júpiter (Brihaspati). Los espíritus de la Naturaleza o devas inferiores conglomeraron en derredor de los chhâyâs (sombras) películas de materia más densa, formando una especie de tupida envoltura externa, y lo exterior, (el chhâyâ) de la primera Raza vino a ser lo interior (el doble etéreo) de la segunda. Estas formas filamentosas y de brillantes colores (amarillo de oro, anaranjado, etc.), heterogéneas en apariencia, de figura diversa, semejaban vegetales o animales, y a menudo tenían unos contornos semihumanos.

Flotaban en el espacio, trepaban, deslizábanse de acá para acullá, y se llamaban con unos sonidos aflautados. La conciencia de la Mónada en esta Raza responde débilmente a la conciencia búddhica. Adquiere un nuevo sentido, el del tacto, respondiendo así a las impresiones del aire y del fuego. Esta Raza ofrecía dos principales tipos de reproducción: por expansión y brote (generación sexual), y por medio del sudor con indicios de sexualidad, por lo que se dio a sus individuos el nombre de andróginos latentes.

Esta Raza pasó a residir en el segundo Continente, llamado Hiperbóreo o Plakcha, que ocupaba el actual norte de Asia, junto con Groenlandia y la península de Kamschatka. Formaban también parte de este continente la isla de Spitzber, Suecia y Noruega, extendiéndose por el sudoeste hasta más allá de las Islas Británicas.

La bahía de Baffin era entonces tierra firme. El clima era tropical, y el suelo estaba cubierto de abundante vegetación.


Tercera Raza (Lemuriana)
- Ofrece tres tipos perfectamente definidos que designaremos con los nombres de tercera prima, tercera media y tercera última. La tercera prima nació bajo el imperio de Zukra (Venus), gracias a cuya influencia se desarrollaron los hermafroditas, quedando las razas separadas bajo Lohitânga (Marte), que es la encarnación de Kâma o naturaleza pasional. Como todas las formas entonces existentes en la tierra, el hombre era de estatura gigantesca.

Era rojo con mucha variedad de matices; tenía la frente deprimida, la nariz chata y las mandíbulas abultadas y salientes. Los divinos andróginos eran de un hermoso y espléndido tinte rojo dorado.

En esta Raza se desarrolló el órgano de la visión; al principio era un ojo único en medio de la frente (llamado más tarde tercer ojo), que brillaba como una joya en su órbita; más adelante fueron dos ojos, pero éstos no tuvieron completo uso hasta la tercera subraza de la tercera Raza; y únicamente en la cuarta Raza, cuando el tercer ojo retrocedió al interior convirtiéndose en glándula pineal, añadió el sentido de la vista a los del oído y del tacto.

En cuanto a la conciencia, la tercera Raza, por su contacto con Âtma-Buddhi-Manas, demostró trinidad. A la conciencia de los contactos del fuego y del aire, añadió los del agua. El lenguaje pasó a ser monosílabico.

La reproducción era de tres tipos: en la primera subraza se efectuaba por gotas de sudor, y apenas se distinguía el signo sexual en el cuerpo; gradualmente apareció la generación ovípara (tercera y cuarta subraza), produciendo seres hermafroditas al principio, y más tarde con predominio de un solo sexo, hasta que por fin nacieron del huevo varones y hembras; en la quinta subraza empieza el huevo a quedar retenido en el seno materno, y nace la criatura débil y desvalida; por último, en la sexta y séptima subrazas ya es general la generación por ayuntamiento de sexos.

El hombre de la tercera Raza era contemporáneo del pterodáctilo, del megalosauro y otros animales gigantescos. La cuna de esta Raza fue la Lemuria, llamada Zâlmali en las historias antiguas.


Cuarta Raza (Atlántica)
- Fue engendrada por la tercera Raza unos ocho millones de años atrás, a cuyo fin el Manú de la cuarta Raza eligió de entre la anterior los tipos más adecuados, a quienes condujo a la imperecedera Tierra sagrada para librarlos del cataclismo lemuriano. Nació la cuarta Raza bajo la influencia de Soma (la Luna) y de Zani (Saturno); a la influencia de este último astro se debió en parte muy principal el gran desarrollo de la inteligencia concreta que caracteriza la subraza tolteca.

El lenguaje era aglutinante; pero andando el tiempo adquirió flexión, y en esa modalidad se transmitió a la quinta Raza. Cuna de la cuarta Raza fue el vastísimo continente de la Atlántida. (Véase esta palabra). La inmensa mayoría de los habitantes del globo pertenece todavía a la cuarta Raza.

Las siete subrazas de ésta son:
la Ramoahal
la Tlavatli
la Tolteca
la Turania
la Semítica
la Akkadiana
la Mongólica

Entre ellas merece mencionarse, por su alto grado de civilización, la tolteca, que conocía a fondo la química, la astronomía, la agricultura y la alquimía; estaba también muy versada en la magia negra, gran parte de la cual tenía por instrumento el hábil empleo de los "rayos obscuros" de la luna, o sean las emanaciones de la porción obscura de este astro.


Quinta Raza (Aria)
- Es la actual raza blanca del globo. Se desarrolló bajo la protección de Budha (Mercurio), pues su principal objetivo era el desenvolvimiento de la mente, y a este fin, el planeta de la sabiduría bañó con sus benéficos efluvios la cuna de la Raza. Hace ya un millón de años el Manú Vaivasvata seleccionó de entre la subraza semítica de la Raza atlántica las simientes de la quinta Raza-madre y las condujo a la imperecedera Tierra sagrada.

Edad tras edad, fue modelando el núcleo de la humanidad futura. Allí se añadió el quinto sentido (olfato) a los otro cuatro, quedando el hombre tal como es en el estado presente. Allí el Manú congregó las más brillantes inteligencias y los caracteres más puros para que renazcan en las formas que El desarrolla. Una vez que hubo establecido el tipo de su Raza, la condujo al Asia Central, en donde moró por largo tiempo, fijando allí la residencia de la Raza cuyos brotes habían de ramificarse en diversas direcciones.

Esta Raza tiene las siguientes subrazas:

la Aria
la Ario-semítica
la Irania
la Céltica
la Teutónica
La sexta y la séptima florecerán en el Norte y Sur de América.


Sexta Raza:

- Estará caracterizada por su desarrollo espiritual, por la adquisición del sexto sentido, o sea la clarividencia astral, y por sus tendencias unitarias.

Poblará el continente Zâha, cuya emersión inicial ocurrirá en el punto donde actualmente se halla la América del Norte, que con antelación habrá sido cuarteada por terremotos y fuegos volcánicos.


Séptima Raza:

- Se caracterizará por su completo desarrollo espiritual, por la adquisición del séptimo sentido, o sea la clarividencia mental, y por el pleno reconocimiento de la unidad. Florecerá en el séptimo continente, llamado Pukchara, cuyo centro ha de estar en el punto en donde se halla actualmente la América del Sur.

Al terminar la vida geológica de este continente, sobrevendrá el fin de nuestro globo, cayendo en apacible sueño después del larguísimo día de trabajo y vigilia.


Informacion cortesia de: bibliotecapleyades.net/ y esoterismo-guia.blogspot.com/


*Interesantes documentales sobre la historia de la humanidad:







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