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jueves, 8 de agosto de 2013

QUERER SABER, OSAR Y CALLAR


"QUERER... SABER... OSAR... Y CALLAR".


Se han dado muchas interpretaciones a las palabras “Querer, saber, osar y callar”, de acuerdo a opiniones diversas y diferentes enfoques espirituales... He aqui una versión de estos conceptos, con palabras sencillas.


Querer. Comienza cuando el ser humano siente inconformidad dentro de sí y por todo lo que lo rodea. Anhela algo superior que no sabe dónde está y busca. Querer consiste en indagar en lo que en verdad se desea; en saber discernir que eso no está en lo material y externo del mundo, si no dentro de uno mismo. La búsqueda en lo que lo no se ve hace de ese “querer” una meta y, día tras día, se acrecienta hasta encontrar su origen: la Luz infinita del Yo Soy.


Saber. Al “querer”, uno se encuentra de repente, dentro de si mismo. Entonces hallas tu ubicación perfecta en la luz, la que te corresponde por derecho de conciencia y logros del pasado; de manera que allí vas despertando a lo espiritual. Poco a poco, entiendes quien eres y porque estas en la tierra. Conoces los dones y atributos, del poder que tienes como hijo de Dios. Sabes que, por medio de la Divina Presencia y del Cristo Radiante, puedes ser un creador consciente y manifestar perfección. En forma gradual, tu mente se ilumina y logras entender cuál es tu servicio a cumplir en este plano.


Osar. Unidos ya querer y saber, el ser humano se encamina hacia la Luz. Su unión con el Padre es más fuerte cada día. Entonces, al haber crecido espiritualmente y estar fortalecido, se atreve a osar. Osar consiste en ser Dios en acción, ordenar con esta seguridad y alta conciencia. Cuando uno sabe que es un instrumento del Yo Soy y que el Padre manifiesta su poder a través de uno mismo, sus logros son mayores cada día. La impersonalidad y la aceptación del Padre en uno mismo es la clave del osar. Entonces el Padre se manifiesta a plenitud y no hay nada que no pueda ser concedido.


Callar. En la unión del querer, saber y osar, callar significa la humildad, el amor hacia lo que se está manifestando. En algunos logros, hay que callar por varias razones: para que la energía de la creación no se disperse y todo se pierda, se “desinfle”. En otros casos, hay que callar para que la parte humana no intervenga, entre en vanagloria ni se atribuya meritos que no le pertenecen. Muchas veces, se debe esperar a ver la manifestación y dejar que sea la Presencia quien hable.


INLAK'ECH

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